La investigación por el triple crimen de General Rodríguez podría cambiar de rumbo a partir de la declaración de un testigo secreto en la Fiscalía de Mercedes.
Se trata de un empresario farmacéutico que está aportando datos del negocio de los medicamentos y del comercio ilegal de la efedrina, móvil aparente de los asesinatos de Sebastián Forza (34), Damián Ferrón (37) y Leopoldo Bina (35), cometidos en agosto del año pasado.
El testigo ya estuvo vinculado a la causa e, incluso, declaró ante el juez federal de Zárate-Campana, Federico Faggionatto Márquez, quien investiga la “ruta de la efedrina”.
Fuentes judiciales confiaron a un matutino porteño que el nuevo testimonio conduce a dos personas que habrían actuado como encubridores o entregadores y que sabrían quiénes mataron a Forza, Ferrón y Bina. Hoy se cumplen ocho meses desde que los tres jóvenes desaparecieron después de haber participado de una reunión de negocios en un shopping de Avellaneda. Sus cuerpos fueron hallados seis días después en un zanjón de General Rodríguez.
El empresario farmacéutico no es el único que “se quebró” y declaró como testigo de identidad reservada. Desde que la causa dejó la justicia porteña y pasó a la Fiscalía de Mercedes, ya aparecieron al menos siete personas que optaron por declarar siempre y cuando no trascendiera su nombre. A través de estos nuevos testimonios, por ejemplo, pudo constatarse que un empresario relacionado al caso fue el que le envió a una de las víctimas y a un médico varios mensajes de textos comprometedores. Uno de ellos era: “El kilo está tres lucas”. Se referiría al precio de la efedrina, precursor químico utilizado para fabricar drogas sintéticas. Los mensajes fueron enviados en octubre de 2007. La fecha coincide con la primera entrega de un cargamento negociado entre las víctimas y narcos mexicanos.
Se trata de un envío de 135 kilos de efedrina que fue confirmado por un despacho de la Aduana. Esta carga fue señalada por algunos investigadores como el origen del triple crimen: es que la efedrina habría llegado rebajada con sal y no pura, como se había pautado.
Miguel Angel Pierri, abogado de la familia de las víctimas, dijo que “cada día que pasa nos damos cuenta de que la muerte de los tres jóvenes es un crimen mafioso. Y que fue un combo de cuestiones del narcotráfico con internas empresarias y negocios farmacéuticos”. Por otra parte, calificó de inconcebible que la concesionaria de la autopista del Oeste no haya aportado los videos de telepeaje por los que pasó la camioneta de Ferrón el día en que desaparecieron, tanto de ida como de vuelta. “Aportaron 20 videos, menos los de la cabina 7 y 11 que eran los de telepeaje (sistema que tenía Ferrón). Ahora dicen que se destruyen porque vuelven a grabar encima. El tema es que apenas se inició la causa y se los pidieron, nadie del juzgado porteño advirtió que estos videos faltaban. Es un descuido muy grande porque hubieran sido claves para saber quién manejaba la camioneta y quiénes iban. A la vuelta, sin duda, ya no manejaba Ferrón sino alguien relacionado directamente con el crimen”.