El Gobierno Nacional recibió hoy con una contundente crítica inesperada y para nada bien recibida. El Papa Francisco criticó duramente las medidas del gobierno de Patricia Bullrich respecto al protocolo antipiquetes, señalando que el uso de la represión refleja una falta de compromiso con la justicia social.
Desde el Vaticano, el Pontífice hizo mención a los episodios de violencia ocurridos recientemente frente al Congreso, donde la Policía Federal utilizó gas pimienta contra manifestantes que reclamaban por sus derechos.
Las reacciones desde Argentina por parte del gobierno libertario no tardaron en llegar. Manuel Adorni, vocero oficial, expresó en conferencia de prensa: “Es la opinión del Papa Francisco, que nosotros escuchamos y reflexionamos. No tenemos por qué compartir su visión sobre algunas cuestiones. El respeto es total”. Llamativamente, Adorni dejó en claro que el gobierno no buscaría profundizar la controversia.
Estas declaraciones resultaron un tanto llamativas, ya que si por algo se ha caracterizado el gobierno de Javier Milei, es por enfrentar y desacreditar a todo aquel que piense distinto. De hecho, previo a ser Presidente, Milei catalogó al Papa Francisco como “el representante del mal en la tierra”, aunque una vez electo, optó por una posición de respeto; y en febrero de este año, realizó un viaje para tener un encuentro privado con el Sumo Pontífice.
Uno podría creer, que evitar la controversia con la máxima figura del catolicismo y hasta así parecía haberlo entendido el Gobierno con el mensaje oficial, pero todo líder también tiene discípulos, y algunos discípulos de La Libertad Avanza no lograron mantener el silencio y la paz ante las declaraciones del Papa Francisco.
Los desubicados comentarios de Agustín Romo y Lilia Lemoine
Pese a que el Gobierno intentó calmar las aguas algunos integrantes de La Libertad Avanza mostraron una postura mucho más confrontativa. Agustín Romo, presidente del bloque en la Cámara de Diputados bonaerense, expresó en redes sociales su descontento con las declaraciones del Papa.
En un mensaje que generó fuerte rechazo, Romo reivindicó episodios históricos controvertidos, como la Conquista del Desierto, al tiempo que cuestionó el rol del Sumo Pontífice, sugiriendo que sus opiniones responden a intereses ajenos al país. También lo tildó de “anti-Roca”, “cipayo” y “traidor a la patria”, además de asociarlo con ideologías comunistas, en un tono claramente ofensivo.
Por su parte, la diputada nacional Lilia Lemoine optó por una crítica más directa, sugiriendo que el Papa debería utilizar los recursos del Vaticano para financiar la justicia social en lugar de emitir juicios sobre la realidad argentina. “Sería bueno que el Papa visite Argentina y vea la realidad completa en vez de escuchar operadores políticos que negocian con el hambre de la gente”, aseguró la diputada y cosplayer libertaria.
Jorge Macri también salió al cruce del Papa Francisco
Otro actor que se sumó a las respuestas a pesar de no pertenecer a La Libertad Avanza, fue Jorge Macri, jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. En diálogo con Radio Continental, Macri manifestó su respeto por el Papa, pero sostuvo que para emitir opiniones sobre la situación del país es necesario comprender el contexto local y no simplificar los hechos. “Nos habíamos acostumbrado a convivir en el caos. Es bueno ser equilibrado y no hacer reduccionismos”, afirmó, remarcando la complejidad de la situación social y económica de Argentina.
Las críticas y respuestas muestran cómo las opiniones del Papa abrieron un nuevo frente de discusión entre el gobierno y sectores opositores, evidenciando la tensión entre las demandas sociales y la respuesta estatal.
