El presidente Javier Milei volvió a cuestionar con dureza el funcionamiento del Mercosur y reclamó una reforma institucional integral del bloque, al considerar que su estructura actual “no cumplió ninguno de los objetivos” para los que fue creado y genera altos costos económicos para los países miembros.
Durante su discurso en la cumbre regional, el mandatario sostuvo que el Mercosur nació para promover el comercio, integrar mercados y aumentar la competitividad, pero que esos propósitos no se materializaron. “La integración regional debe estar al servicio del comercio y no de la burocracia”, afirmó.
Milei remarcó que los países de la región cuentan con activos estratégicos clave, como energía, minerales críticos y alimentos, pero advirtió que ese potencial se ve limitado por “obstáculos internos”. En ese marco, propuso avanzar en coordinación energética, articulación de cadenas de valor y reducción de barreras reales.

El Presidente defendió la flexibilización del bloque como un eje central para el crecimiento. “La flexibilidad es un activo, no una amenaza. La rigidez solo puede traer estancamiento”, sostuvo, y advirtió que congelar los procesos de cambio “sería condenar al Mercosur al anacronismo”.
También cuestionó la falta de avances concretos en la integración: señaló que no existe un mercado común efectivo, ni libre circulación, ni coordinación macroeconómica, y criticó la ausencia de armonización normativa. En contrapartida, apuntó contra “una burocracia sobredimensionada e ineficaz”.
Milei citó datos oficiales del propio bloque para señalar que el comercio intrazona representa hoy una proporción menor que en períodos históricos, a pesar de que el Mercosur mantiene algunos de los aranceles externos más altos del mundo. “Un arancel así no protege el empleo, lo destruye”, afirmó.

Demoras con la Unión Europea
Al referirse al vínculo con la Unión Europea, Milei cuestionó la lentitud de las negociaciones y recordó que, tras décadas de diálogo, el acuerdo comercial aún no se concretó. “Nuestros países no tienen diez años más para desperdiciar en discusiones administrativas”, expresó.
El tratado, que iba a ser rubricado en esta instancia, volvió a ser postergado por el bloque europeo —al menos hasta enero— por la resistencia de sectores agrícolas de Francia e Italia, lo que volvió a generar tensiones entre los socios del Mercosur.
Venezuela y respaldo a Trump
Uno de los tramos más duros del discurso estuvo dedicado a Venezuela. Milei calificó al gobierno de Nicolás Maduro como “una dictadura atroz e inhumana” y lo definió como “narcoterrorista”. En ese contexto, respaldó abiertamente la política de Estados Unidos hacia Caracas.
“La Argentina saluda la presión de los Estados Unidos y de Donald Trump para liberar al pueblo venezolano. El tiempo de un acercamiento tímido en esta materia se ha agotado”, afirmó el Presidente, en medio de la escalada de tensión entre Washington y Caracas.
El mandatario sostuvo que Venezuela atraviesa una “crisis política, humanitaria y social devastadora” y llamó al Mercosur a condenar de forma tajante al régimen chavista. También reclamó la liberación de todos los presos políticos y exigió la libertad del argentino Nahuel Gallo, detenido en ese país.

Cruces regionales y cierre político
Las declaraciones de Milei contrastaron con la postura del presidente brasileño Lula da Silva, quien advirtió que una eventual acción militar estadounidense en Venezuela provocaría una “catástrofe humanitaria”. El cruce dejó en evidencia las diferencias internas dentro del bloque.
Hacia el final de su exposición, Milei vinculó el escenario regional con el mapa político sudamericano y destacó la victoria de José Antonio Kast en Chile, a la que interpretó como una demanda social por economías “más abiertas, competitivas y flexibles”.
“La pregunta que debemos hacernos es simple: ¿queremos un Mercosur que sea un motor de crecimiento o un freno para el futuro?”, concluyó el Presidente.

