El candidato a la secretario general de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), Pablo Micheli, ratificó hoy las elecciones del 9 de diciembre “le guste no le guste” a su rival interno, Hugo Yasky, a quien acusó de tenerle “terror a la decisión popular” y de hacer todos los esfuerzos para quedarse “con el traje de interventor que le puso (el ministro de Trabajo, Carlos) Tomada”.
Micheli condenó la foto que mostró a Yasky junto a Tomada y al jefe de la CGT, Hugo Moyano, ayer en Mar del Plata, aunque aventuró que “la afinidad y el seguidismo al Gobierno” demostrada por su adversario interno “no tienen destino” porque “los argentinos quieren otro modelo sindical”.
En declaraciones a radio Splendid, Micheli confirmó las elecciones del 9 de diciembre en aquellos distritos donde se denunciaron irregularidades en los comicios del 23 de septiembre pasado, pese a que Yasky rechazó esa convocatoria y postergó la contienda hasta marzo.
El dirigente aceptó las posibilidades que la lista 10 de Yasky no se presente la semana próxima: “Le tiene terror a la decisión popular. A él le sienta recontra cómodo el traje de interventor que le puso Tomada y se quiere quedar hasta marzo, se endulzó con eso”, se lamentó.
“Pero cuando llegue a marzo, suponiendo que nosotros suspendiéramos esta convocatoria, va a venir a decirme que no están dadas las garantías y que las elecciones habría que hacerlas en julio, y así nos va a tener hasta que haya elecciones nacionales y después por ahí tenemos la suerte de votar”, alertó.
Por lo tanto, Micheli insistió: “De este manoseo nos hemos hartado y por eso vamos a elecciones el 9 de diciembre”.
La CTA, que actualmente enfrenta un virtual estado de acefalía, debe realizar nuevamente elecciones en las provincias de Tucumán, Mendoza y Misiones, y en 48 mesas de otros siete distritos.
En declaraciones a DyN esta semana, Micheli, que estos días encabezó en Misiones una serie de reuniones con afiliados al movimiento sindical, señaló que si bien “la gente de Yasky va a recurrir al Ministerio de Trabajo, nosotros también vamos a ir a la Justicia si, efectivamente, hay negación del Gobierno para aceptar nuestro triunfo”.
Esta mañana, el dirigente indicó que su sector ha tomado “todos los recaudos necesarios” ante escribano público para que el llamado del 9 de diciembre tenga total “legalidad”, tal lo dispuso el tribunal arbitral.
“Esto, más todo los agregados que le hicimos a la convocatoria y que fueron los acuerdos que alcanzamos con la lista 10 que fue como entregarles la ‘chancha y los 20 chanchitos’, porque nos pedían tantas cosas que nosotros, con tal de volver a votar y que terminaran de chillar diciendo que hicimos fraude, fuimos concediendo en función de hacer la elección”, recordó,
Micheli reiteró que, aunque sus adversarios “recurrieron al Ministerio de Trabajo” para trabar los comicios, “el que no se presenta el 9 de diciembre, como en el fútbol, pierde los puntos. Lo lamentamos”.
“Lo mejor que podría pasarle a la CTA sería que esta gente se presentara y no hable nunca más pavadas, que se demuestre que acá no hubo fraude, ni en Misiones, ni en Mendoza ni en ningún lado, que perdieron categóricamente porque la gente no quiere un modelo de central que sea una sucursal de la CGT, ni tampoco una sucursal del PJ, ni del Gobierno”, finalizó.
Micheli condenó la foto que mostró a Yasky junto a Tomada y al jefe de la CGT, Hugo Moyano, ayer en Mar del Plata, aunque aventuró que “la afinidad y el seguidismo al Gobierno” demostrada por su adversario interno “no tienen destino” porque “los argentinos quieren otro modelo sindical”.
En declaraciones a radio Splendid, Micheli confirmó las elecciones del 9 de diciembre en aquellos distritos donde se denunciaron irregularidades en los comicios del 23 de septiembre pasado, pese a que Yasky rechazó esa convocatoria y postergó la contienda hasta marzo.
El dirigente aceptó las posibilidades que la lista 10 de Yasky no se presente la semana próxima: “Le tiene terror a la decisión popular. A él le sienta recontra cómodo el traje de interventor que le puso Tomada y se quiere quedar hasta marzo, se endulzó con eso”, se lamentó.
“Pero cuando llegue a marzo, suponiendo que nosotros suspendiéramos esta convocatoria, va a venir a decirme que no están dadas las garantías y que las elecciones habría que hacerlas en julio, y así nos va a tener hasta que haya elecciones nacionales y después por ahí tenemos la suerte de votar”, alertó.
Por lo tanto, Micheli insistió: “De este manoseo nos hemos hartado y por eso vamos a elecciones el 9 de diciembre”.
La CTA, que actualmente enfrenta un virtual estado de acefalía, debe realizar nuevamente elecciones en las provincias de Tucumán, Mendoza y Misiones, y en 48 mesas de otros siete distritos.
En declaraciones a DyN esta semana, Micheli, que estos días encabezó en Misiones una serie de reuniones con afiliados al movimiento sindical, señaló que si bien “la gente de Yasky va a recurrir al Ministerio de Trabajo, nosotros también vamos a ir a la Justicia si, efectivamente, hay negación del Gobierno para aceptar nuestro triunfo”.
Esta mañana, el dirigente indicó que su sector ha tomado “todos los recaudos necesarios” ante escribano público para que el llamado del 9 de diciembre tenga total “legalidad”, tal lo dispuso el tribunal arbitral.
“Esto, más todo los agregados que le hicimos a la convocatoria y que fueron los acuerdos que alcanzamos con la lista 10 que fue como entregarles la ‘chancha y los 20 chanchitos’, porque nos pedían tantas cosas que nosotros, con tal de volver a votar y que terminaran de chillar diciendo que hicimos fraude, fuimos concediendo en función de hacer la elección”, recordó,
Micheli reiteró que, aunque sus adversarios “recurrieron al Ministerio de Trabajo” para trabar los comicios, “el que no se presenta el 9 de diciembre, como en el fútbol, pierde los puntos. Lo lamentamos”.
“Lo mejor que podría pasarle a la CTA sería que esta gente se presentara y no hable nunca más pavadas, que se demuestre que acá no hubo fraude, ni en Misiones, ni en Mendoza ni en ningún lado, que perdieron categóricamente porque la gente no quiere un modelo de central que sea una sucursal de la CGT, ni tampoco una sucursal del PJ, ni del Gobierno”, finalizó.