Desde el 28 de febrero se implementará en la provincia de Buenos Aires un sistema electrónico para recetar medicamentos. La iniciativa llegó para reemplazar las prescripciones que se envían como fotografías tras el aislamiento impuesto por la pandemia del Covid-19 con garantías de seguridad para médicos, pacientes y farmacias. En diálogo con Gente Despierta, la subsecretaria de Gestión de la Información del Ministerio de Salud bonaerense, Leticia Ceriani, habló sobre el impacto que esta medida puede tener en los bolsillos.
“A través de esta receta solamente se puede prescribir siguiendo la legislación vigente por nombre genérico”, explicó en relación a la Ley de Medicamentos Genéricos (25.649). Esto significa que en la prescripción no van a figurar marcas comerciales sino el nombre de la droga recetada. “Eso hace que una persona se acerca a la farmacia y tengan la obligación de ofrecerle los distintos tratamientos que están disponibles“, completó Ceriani.
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Desde el gobierno sostienen que “es una herramienta que le mejora la vida a los médicos y a los farmacéuticos, pero también en términos de regulación y de control es un paso importante en términos de seguridad”.
En rigor, la oferta de medicamentos ya debería suceder desde la sanción de la norma (en 2002). Sin embargo, Ceriani reconoció que “muchas veces los médicos y las médicas además del genérico ponen el nombre recomendado o que el farmacéutico automáticamente entrega una medicación por marca“. Ahora, con la receta electrónica no podrá incumplirse.
El lanzamiento de la receta electrónica bonaerense va en línea con otras iniciativas que está intentando regular el Ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires. Entre ellas se encuentran, la historia clínica digital o las teleconsultas. “La tecnología le está aportando la salud características y modalidades diferentes y lo importante es que eso esté disponible para todos”, destacó la funcionaria.
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