La cobertura de cientos de vacantes en el Poder Judicial de la provincia de Buenos Aires venía siendo desde hace unos meses uno de los reclamos que más alto resuenan desde la oposición y en dirección al despacho del gobernador Axel Kicillof. Ese clamor se acalló en las últimas semanas sospechosamente.
Esto se debe a que el oficialismo abrió las puertas del diálogo y empezó a mostrar voluntad de acordar con la oposición. Según pudo saber este portal, hay un acuerdo para darle curso a la cobertura de las primeras diez vacantes, un número insignificante pero cualitativamente relevante para empezar a desandar el camino del funcionamiento pleno del Poder Judicial.
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Sin embargo el horizonte está lejos de despejarse. Los nubarrones, en este caso, vienen desde el PRO. Ese partido está atravesado por una honda crisis de liderazgos a nivel nacional que tiene su repercusión a nivel provincial, tanto en los municipios como en la Legislatura bonaerense.
Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, el dúo María Eugenia Vidal – Cristian Ritondo, todos tienen alfiles en el tablero y sus intereses parecen muy cruzados. Así el oficialismo reedita una situación que padeció cuando quiso discutir la Ley Impositiva, al comienzo de su mandato: no hay interlocutores claros, y los acuerdos se deshacen en el aire porque las contrapartes están a los codazos.
Algo de esto se vio en el minué del Consejo de la Magistratura. INFOCIELO lo contó de manera detallada. Jorge Macri, desde el otro lado de la General Paz, impulsaba al diputado Mauricio Vivani para cubrir un cargo que también ambicionaba Daniel Lipovetzky, amparado tibiamente por las “palomas” PRO.
El ascenso de Vivani fue resistido pero se terminó dando, a pesar de la bronca del legislador platense -que entró por la séptima- y de Nidia Moirano, otra histórica de la rosca judicial, que tiene su asiento territorial en Bahía Blanca y se prepara para disputar la intendencia que dejará vacante Héctor Gay.
Esa disputa dejó heridos que hoy mastican bronca. A Moirano, que tuvo el gesto de “bajarse” y quedarse como consejera suplente, le reprochan que únicamente se ocupa de su porción del mapa bonaerense. Curioso: el detalle de esa factura está en las antípodas de las que reciben otros, como Cristian Gribaudo, a quien acusan de meterse en territorios sin consultar con sus respectivos referentes.
En ese río revuelto flotan con dignidad la Coalición Cívica, que se muestra ordenada, y la UCR, que incluso muestra mayor prolijidad que el Frente de Todos para manejar la situación. Esa disciplina le permitió al radicalismo ocupar dos bancas en el Consejo de la Magistratura. Y muestra al partido como un aliado confiable para garantizar la institucionalidad a la hora de discutir leyes (y pliegos) clave a los ojos del Gobierno.
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