Un simple gesto televisivo desató una vendaval tuitero y mediático: Axel Kicillof, entrevistado por Carlos Pagni en LN+, bebió un mate a las 23 horas. El detalle, insignificante para la mayoría, se transformó en “prueba” de impostación para Alejandro Álvarez, secretario de Políticas Universitarias del gobierno de Javier Milei.
“Nadie pero nadie toma mate a las 23”, escribió en X, sugiriendo que el gobernador intentaba mostrarse cercano al pueblo de manera forzada. Pero el tiro salió por la culata: las respuestas fueron inmediatas y contundentes.
Uno de los comentarios más celebrados fue directo: “Galleguito, nadie, pero NADIE, usa cuatro camperas juntas”, en referencia al excéntrico guardarropa del propio Milei. Otro usuario apuntó: “Se nota que secretario de políticas universitarias nunca estudió de noche para un examen”, recordándole lo obvio: miles de estudiantes, docentes y trabajadores recurren al mate nocturno para seguir despiertos.
El show de Viale y el miedo a 2027
Como si no bastara con el bochorno en redes, Jonatan Viale decidió reforzar la polémica en su programa televisivo. Con un mate improvisado con la inscripción “Viale moderado” y un termo decorado con un precario “Viale 2027”, el operador, hoy libertario, intentó parodiar lo que, según él, es la construcción mediática de Kicillof como presidenciable.
La puesta en escena recordó al eslogan “Alberto moderado” que en 2019 el macrismo usó contra los medios, acusándolos de haber facilitado el regreso del kirchnerismo. Esta vez, el blanco fue Kicillof, como si tomar mate en horario nocturno fuera señal inequívoca de un plan presidencial.
Mientras tanto, en las redes, el mate seguía defendido con fervor. “Nunca te quedaste estudiando, leyendo o trabajando hasta tarde, no?”, le preguntaron a Álvarez. Otro usuario escribió: “Yo sí, de toda la vida, ¿cuál sería el problema? Qué estupidez”.
También hubo mensajes cargados de costumbre y ternura: “En mi casa se toma mate a la noche después de la cena, como el cafecito”, recordó alguien. Otro sumó: “Cuando vivís con alguien a quien amas y te ama puede pasar que, después de cenar, te pongas a tomar unos mates viendo tele”.
Un boomerang libertario
Lejos de instalar la idea de impostación, el oficialismo libertario terminó retratado como ajeno a la cultura popular. “Obvio que me he tomado mis buenos mates a esa hora: estudiando, laburando o maratoneando Netflix”, sostuvo otro usuario, sintetizando la normalidad del hábito.
Y un mensaje más filoso cerró la discusión: “Es claro que la gente que banca a la derecha no pisa la universidad”.
En su afán por ridiculizar al gobernador bonaerense, tanto Álvarez como Viale quedaron descolocados. El mate, símbolo de encuentro y pertenencia nacional, se impuso frente a la mirada elitista de quienes lo cuestionaron.
Y el resultado fue un boomerang: un Kicillof fortalecido en su cercanía popular y dos representantes libertarios, un “comunicador” y un funcionario, convertidos en caricaturas de su propio enojo.