“Milei dijo que la economía iba a crecer como pedo de buzo y está cayendo como buzo en pedo”, disparó Axel Kicillof con picardía en diálogo con Rolando Graña en GPS.
La frase, mezcla de humor criollo y crítica política, ya levantó repercusión en todo el país pero en particular en la provincia de Buenos Aires, donde el gobernador buscó darle un anclaje concreto a su planteo frente a las elecciones del próximo domingo.
Más allá de la broma, Kicillof sostuvo su análisis con números de gestión: más de 2,5 millones de chicos asisten a comedores y otros 2 millones reciben módulos alimentarios en territorio bonaerense. “Si el Estado bonaerense se retira de esa situación que genera Milei sería un desastre”, advirtió, reforzando su mensaje.
Seguridad: entre slogans y realidades
El mandatario también apuntó contra el discurso de Patricia Bullrich: “El año pasado la ministra dijo que con su gestión habían logrado los índices más bajos en 25 años. ¿En qué quedamos? Si la provincia fuese un ‘baño de sangre’ no podría haber logrado ese resultado. Lograron imponer un slogan que no es real”.
Con ese contraste, Kicillof dejó en evidencia que la inseguridad se utiliza como bandera política desde Nación, aunque las estadísticas muestran otra cosa.
Corrupción y el factor Menem
La entrevista derivó hacia el escándalo en la Agencia Nacional de Discapacidad. “El problema es el contenido de los audios. Ahora aparece uno de Karina en una reunión privada donde dudo que haya kukas”, ironizó el gobernador.
Sobre la explicación oficial de que todo se trataba de una operación, fue terminante: “Si fuera una operación, los audios serían falsos. Ya dijeron que son verdaderos. Veo que tienen filtraciones”.
Además, no dudó en calificar nuevamente a Milei como “payaso” y en remarcar que el Presidente “configuró una estafa electoral”. Y cerró con un tiro por elevación: “Nos enteramos de que está lleno de Menem este Gobierno. Más casta imposible. Estaban escondidos. Surgieron ahora. No era Karina el jefe, eran los Menem”.
Entre la risa fácil del “pedo de buzo” y la seriedad de los datos duros, Kicillof buscó instalar que lo que está en juego no es un simple juego de palabras sino la vida cotidiana de millones de bonaerenses.