El pasado martes 15 de marzo, el presidente Alberto Fernández anunció que comenzaría la guerra contra la inflación en la Argentina, poco antes de que el INDEC informara la inflación del mes de febrero, que alcanzó el 4,7% y encendió las alarmas del Gobierno nacional.
“Les prometo que el viernes empieza la guerra contra la inflación en Argentina, contra los especuladores”, lanzó Alberto Fernández desde un acto en Malvinas Argentinas, en lo que se interpretó como un yerro del presidente, en tanto que al anticipar que tomaría medidas, otorgó dos días de gracia que sirvieron para la remarcación de precios que alcanzó casi al 15% promedio.
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En definitiva, en la tarde del viernes, mediante un discurso grabado en la Quinta de Olivos lanzó la creación de un Fondo de Estabilización, con el objetivo de desacoplar el precio internacional de los alimentos del precio doméstico, en tanto que el INDEC había informado que la división alimentos había tenido un alza del 7,5% solo en febrero.
A la vez, el presidente convocó a “una mesa de acuerdo” a los representantes de los sectores productivos, entre los que mencionó a la economía popular, el campo, el comercio y la sociedad civil, a fin de “diseñar un mañana y que nos ayude garantizar el poder adquisitivo de los salarios”, y señaló que “un problema de todos, se resuelve entre todos”.
Guerra en Ucrania y Fondo del Trigo
La invasión rusa a Ucrania repercutió en un alza exponencial de las commodities, que en el caso de la tonelada de trigo presentó un récord al alcanzar casi los 500 dólares; mientras que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) indicó que el precio de los cereales subió un 17,1% en marzo con respecto a febrero, debido sobre todo al trigo y otros cereales secundarios.
Junto al trigo, el maíz y la soja han sufrido importantes aumentos, que se vieron reflejados en el precio del pan y otros derivados del trigo en Argentina, como en el del pollo y de otros animales alimentados a base de maíz. De hecho, el INDEC informó que en marzo el pan y el pollo registraron subas de entre el 15 y el 21 por ciento, presionando sobre la inflación en alimentos, que notificó un 7,2%, y fue la tercera división en embergadura.
Por ello, el Gobierno nacional terminó por poner en funcionamiento el Fondo Estabilizador del Trigo Argentino el viernes pasado, el cual estará constituido a partir de la suba del 2% de los derechos de exportación de la harina y aceite de soja, fondeo con el que buscarán establecer precios de referencia sobre la bolsa de 25 kg de harina y su venta por tonelada.
Sin embargo, el mismo responsable de llevar adelante el Fondo del Trigo, el secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, dijo que la medida era insuficente para “frenar la presión internacional” sobre la inflación, así como las políticas de precios cuidados, y pidió elevar las retenciones como herramienta para desacoplar los precios.
Según los números del ministerio de Economía que difundió Alberto Fernández, la guerra en Ucranía repercutiría en alrededor de un 10% sobre la inflación local. Aunque las consultoras señalan que el valor del shock externo se ubicaría en torno a un 25%.
Lo cierto es que los resultados del Fondo del Trigo recién podrán empezar a reflejarse con los datos de abril.
Mesa de Acuerdo
La amplia convocatoria que realizó Alberto Fernández durante su anuncio, terminó por sentar en la mesa solo a tres ministros del Gabinete nacional, y a los representates de la UIA y de la CGT, en donde la presencia del camionero Pablo Moyano dio la nota.
En el encuentro en el Palacio de Hacienda, se acordó que se anticiparían las negociaciones paritarias de los convenios salariales que no vencieron, a fin de recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores y trabajadoras, además de que el minitro Martín Guzmán comunicó la creación de una canasta alimentaria de primera necesidad a precios cuidados, integrada por 60 productos que se comercializará en los almacenes y supermercados de cercanía.
A partir de ello, la Federación Obrera de la Industria del Vestido y Afines (FONIVA) acordó un aumento del 53,4% del salario, en lo que fue la primera paritaria tras el acuerdo. Pero el dato de inflación conocido hoy ya la dejó por detrás, en tanto que en términos internauales la inflación trepó al 55,1%. Por su parte, el sindicato de Camioneros puso la discusión en otro lugar cuando anteayer solicitó un bono extra a la paritaria pronta a cerrar, con el que elevarían el aumento al 85% antes de poner en discusión la paritaria 2022/23.
La política de precios cuidados tuvo, a su vez, resultados relativos y variados, en tanto que por un lado logró establecer precios de referencia en las cadenas de comercialización, en donde las canastas de productos se respetaron más en las grandes cadenas; a la vez que la canasta de 60 productos agregados se implementa por etapas y aún logra un impacto significativo en los comercios de cercanía.
Acuerdo con el FMI e interna del Frente de Todos
El presidente Alberto Fernández y el ministro Martín Guzmán habían destacado que el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) era el primer paso para estabilizar la macroeconomía, cuyo principal objetivo comprendía la reducción de la inflación. En efecto, tras sellar el Memorándum de Entendimiento arribó al país un primer desembolso que engrosó la reservas del Banco Central, con una consecuente significativa caída de la brecha cambiaria.
No obstante, en el mismo momento en que el FMI anunció la aprobación por parte de su directorio del acuerdo con Argentina, comunicó la necesidad de una “recalibración temprana” de las metas y políticas acordadas; por lo cual, el sendero de reducción fiscal y monetaria trazado, se puso en tela de juicio.
“El acuerdo con el FMI es letra muerta”, provocó Roberto Feletti durante una entrevista radial, luego de que Guzmán anunciara la canasta de 60 productos que él implementará, sin su participación en la mesa de acuerdo. Feletti fue entonces la punta de lanza de la embestida contra el ministro de Economía de los últimos días, en las que se rumoreó incluso con su posible salida, que también en los medios de comunicación el propio Guzmán se encargó de desmentir.
La interna en la coalición gobernante, que comenzara con el discurso de Cristina Kirchner en La Plata -sobre alinear salarios y jubilaciones con precios y tarifas-, tambalearía con la derrota en las legislativas y se agudizaría con el acuerdo con el FMI, ahora muestra una fractura expuesta que deberá sanjarse.
“La economía no funciona en un vacío, la política no puede estar desordenada”, describió Martín Guzmán el pasado lunes sobre la interna de la coalición, poco antes de ratificar que continuará con su rumbo con la “gente que esté alineada con el programa económico”.
Lo cierto es que el desacuerdo sobre las metodologías y las formas de la política económica han repercutido también en los registros de inflación, en donde el Gobierno aún no logra anclar expectativas, a la vez que la gestión se vio entorpecida por las disputas internas.
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