En el día de ayer quedó inaugurada la 46° edición de la Feria del Libro de Buenos Aires donde quien abrió el evento fue el escritor oriundo de Villa Gesell, Guillermo Saccomanno, quien enunció un crítico discurso contra el negocio editorial y la Sociedad Rural Argentina (SRA).
Según dijo, eligió “ahondar en la tensión” y se refirió a los actuales problemas del sector, entre ellos a la falta de papel, pero también a las contradicciones de habitar un espacio como La Rural y celebrar lo comercial. “Decir Feria implica decir comercio. Esta es una Feria de la industria, y no de la cultura”, dijo.
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Con el aplauso de escritores, escritoras, editores, editoras, periodistas, funcionarios y otros invitados, Saccomanno subió al escenario del salón central de La Rural y con un tono sagaz y divertido como respuesta a la ovación, advirtió: “No se adelanten, a algunos no les va a gustar”.
“Asumo el riesgo de ser malentendido y juzgado como aguafiestas”, citó en su discurso cuya frase mostró una postura disidente con la que el escritor abrió la 46° Feria del Libro, luego de dos años suspendida por la pandemia.
La frase incendiaria
“¿Es una paradoja o responde a una lógica del sistema que esta Feria se realice en la Rural, que se le pague un alquiler sideral a la institución que fue instigadora de los golpes militares que asesinaron escritores y destruyeron libros? En lo personal, creo que esta situación simbólica refiere una violencia política encubierta”, lanzó frente a referentes del negocio y la Sociedad Rural.
El autor de “Cámara Gesell” dio un mensaje muy combativo que abarcó desde la oposición al oligopolio de la industria del papel hasta la mercantilización de la Feria y la “relación despareja” entre autores y editores: “El editor es propietario de un banco de sangre compuesto por un arsenal de títulos publicados siempre en condiciones desfavorables para quienes terminan donando prácticamente su obra”, sentenció.
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