En la última hora del miércoles venció el plazo establecido por Ley para inscribir las alianzas, un paso burocrático que tiene su complejidad a nivel político y es esencial para plantear el escenario de las elecciones de este año. El minué final tocará su última nota en la madrugada del 24 de junio, momento de inscribir a los candidatos.
La última semana fue vertiginosa y la próxima lo será más aún. Este es un repaso de lo que pasó y un anticipo de lo que puede pasar.
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El Frente de Todos cambió de nombre -ahora se llama Unión por la Patria-, enroló a los mismos partidos de siempre y definió las reglas para lo que será sin dudas una competencia a todo nivel. Si la cosa sigue así hasta el sábado 24, habrá dos boletas celestes en el cuarto oscuro, y no tendrán ningún candidato en común.
A grandes rasgos, los ejércitos en pugna responden, por un lado, a Alberto Ángel Fernández, con Daniel Scioli y Victoria Tolosa Paz como candidatos a presidente y a gobernador respectivamente. Por el otro lado, los soldados de la vicepresidenta Cristina Kirchner, sin sus candidaturas principales definidas, pero con el grueso de la tropa alineada y dispuesta. ¿Wado de Pedro mide? ¿Sergio Massa se atreve? ¿A Axel Kicillof lo empujan? Los tres tienen DNI bonaerense y pueden competir tanto por el sillón de Rivadavia como por el de Dardo Rocha.
¿No hay unidad, entonces? No. Esa utopía terminó de estallar en mil pedazos ayer por la tarde, cuando ambas partes dieron por terminadas las negociaciones en torno a la letra chica del reglamento interno. Increíblemente, la piedra de la discordia era cómo se le pagaba al bando que resulte perdedor en las PASO.
La interna es una mala noticia para los dirigentes que controlan sus territorios. “Los peronistas somos muy viscerales: vamos a tener peleas por las paredes, por las pintadas; la fiscalización va a ser una carnicería”, anticipó un alcalde de la quinta sección que aspira a reelegir este año. Este cronista agrega que habrá que estar atentos al juego sucio en el tablero judicial y mediático.
Algo de eso empezó a verse ayer. El PJ Bonaerense aceptó las condiciones que impuso el sector de Alberto Fernández para repartir cargos a las minorías. El piso para “cobrar” será de 30 por ciento. Lo hizo, según comunicó, bajo amenaza de que su contraparte recurra a la Justicia y a los medios para equilibrar la balanza.
La oposición juega
Juntos, por su parte, recupera el apellido: será Juntos por el Cambio, la marca que utilizó en 2017, y sumó a algunos partidos que hasta ahora orbitaban cerca, pero no adentro, por ejemplo el GEN de Margarita Stolbizer. En el principal espacio opositor también habrá internas: halcones y palomas se sacarán los ojos para ver quién llega a octubre, pero no competirán en todos los tramos de la boleta, sino únicamente en los ejecutivos.
Si bien quedan algunas incógnitas -¿qué pasará con las candidaturas de Facundo Manes y de José Luis Espert?-, la mayoría de los dirigentes están planteando un escenario con dos bandos, alineados con los aspirantes a la presidencia, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. La división no es sólo en el PRO: la UCR, principal socio de los amarillos, también hace mitosis y trabaja para sacarles el mejor acuerdo posible.
Los binomios presidenciales podrían componerse de un dirigente PRO y un radical. Por ejemplo, Rodríguez Larreta – Gerardo Morales, Patricia Bullrich – Maximiliano Abad. Son solo ejemplos, basados en rumores, porque todavía no hay confirmaciones. En la Provincia de Buenos Aires, los candidatos a Gobernador son Diego Santilli y Néstor Grindetti, que tampoco definieron a sus “vices” aún.
Radicales, no muy adelante. “No estamos listos para liderar”, se excusan los boina blanca, entusiasmados por la recuperación de un partido que creían extinto cuando logró apenas tres puntos en una elección nacional, allá por 2003. ¿Está dando dos pasos atrás luego de haber avanzado un casillero en 2021, gracias a Facundo Manes? “En política, eso no tiene nada de malo: es estrategia”, opinó Esteban Reino, intendente de Balcarce, al respecto.
¿Y Javier Milei? El espacio libertario se desinfla. Todavía se publican encuestas que le dan hasta 27 por ciento de intención de voto. En las que circulan por los despachos tiene cerca de 15. En los territorios, sin candidatos propios y sin fiscales, ¿cuánto terminará sacando? “Es un fenómeno porteño y del Conurbano: en el interior no existe”. Es la opinión de un intendente que comparten varios.
¿Se trata, entonces, de un fenómeno mediático con uso político? Sus asesores admiten públicamente que tiene un ejército de trolls que le dan legitimidad para participar en el debate público. Los canales de TV le abren sus puertas de manera permanente. ¿A quién le sirve que el fenómeno Milei siga vigente? Bueno, en principio a quienes lideran las coaliciones en pugna, que trazan estrategias en beneficio propio asustando con un fantasma libertario que no consigue candidato en la Provincia, el principal distrito electoral del país.
Esto mismo le está ocurriendo a Juan Schiaretti, que se quedó con las ganas de participar en una “súper PASO” opositora. Su socio bonaerense es Florencio Randazzo, pero no será candidato a Gobernador. El hombre de Chivilcoy respetará su mandato como diputado y oficiará de armador para la remake del peronismo federal. Al cordobés le quedan menos de 10 días para llenar ese casillero, junto a los de 8 secciones electorales y 135 municipios. No por nada la llaman “la madre de las batallas”.
Con tanto discruso liberal, libertario o de derecha en la opinión publicada, es una incógnita el destino que tendrán en estas elecciones las expresiones de izquierda. Por lo pronto el Frente de Izquierda y los Trabajadores (FIT), el más representativo de ese sector, ya definió fórmulas y candidaturas para las PASO.
Serán dos y ya tienen resueltos los casilleros más importantes de Nación y Provincia. Por un lado, el MST y el Partido Obrero, con la dupla Manuel Solano – Vilma Ripoll como fórmula presidencial. En la Provincia, ese sector llevará a Alejandro Bodart como candidato a gobernador, Néstor Pitrola como primer diputado nacional y Romina del Pla como senadora nacional.
En otra vereda de la misma franja el PTS presentó la fórmula Myriam Bregman – Nicolás del Caño como candidatos a presidentes y en el principal distrito electoral del país postulan al sindicalista Rubén “Pollo” Sobrero como aspirante a suceder a Axel Kicillof.
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