En un tuit, el presidente Javier Milei volvió a ser protagonista de un polémico error al cuestionar la cantidad de empleados en la Universidad Nacional de Rosario (UNR). El mandatario, economista de profesión y encargado de manejar las finanzas del país, cometió un fallo básico que podría definirse como de escuela primaria.
La “pifia” se produjo en un cálculo matemático simple, lo que generó múltiples burlas, bromas, y también críticas, en redes sociales y en ámbitos académicos.
BUSCÓ CUESTIONAR UNIVERSIDADES
El suceso comenzó cuando Milei, tras retuitear a uno de sus trolls, que se hacía eco de una entrevista que Eduardo Feinmann le realizó al rector de la UNR, Franco Bartolacci, publicó en “X”: “Universidad Nacional de Rosario. Alumnos: 85.000 Empleados: 10.500 ¿8 empleados por cada alumno? Se los dejo para pensar…”.
Este comentario se basaba en la afirmación de Bartolacci, quien mencionó las cifras de la cantidad de empleados (docentes y no docentes) y alumnos de la universidad.
Sin embargo, el presidente cometió un grave error al realizar el cálculo, confundiendo el divisor con el dividendo. En lugar de calcular correctamente, Milei sugirió que existían 8 empleados por cada alumno, cuando, en realidad, el cálculo correcto debería indicar que hay 8 alumnos por cada empleado. Horas más tarde, el presidente corrigió su error y publicó un nuevo tuit en el que pidió “perdón por el error”.
El hecho no pasó desapercibido, dado que la confusión fue en un cálculo básico, algo especialmente llamativo para alguien con formación en economía.
¿PUEDE MILEI EQUIVOCARSE EN ESO?
Este error inició un debate sobre la capacidad del mandatario para manejar cifras, ya que un simple error matemático, que cualquier estudiante de nivel primario podría detectar, resulta preocupante viniendo de la figura que está a cargo de la política económica del país.
Aún más grave es la fuente de los números que utilizó Milei para formular su crítica. Es que el presidente basó su afirmación en datos difundidos por esa cuenta de Twitter asociada a los conocidos “trolls” libertarios, que forman parte de una maquinaria pagada por el Estado.
Estos trolls son conocidos por difundir información poco confiable, generando confusión y desinformación para alimentar lo que en el círculo libertario se denomina la “batalla cultural”.
El error del presidente expuso un mal manejo de las matemáticas básicas, y además dejó al descubierto una peligrosa dependencia de fuentes no confiables.
Al retuitear y difundir información sin verificarla, Milei contribuyó nuevamente a la propagación de noticias falsas o imprecisas, algo que ya es una constante durante su régimen.
Este incidente entra dentro de un sinnúmero de ejemplos más de cómo, a través de errores y tergiversaciones, se busca generar indignación en la población, sin importar la veracidad de los datos.
UN ERROR PARA CONFIRMAR SU SESGO
La rectificación de Milei llegó tarde, después de que el mensaje original ya había causado revuelo en redes sociales.
Aunque pidió disculpas, el error ya había cumplido su función: desviar el debate hacia la supuesta ineficiencia de las universidades públicas y alimentar la narrativa de la “batalla cultural” con datos incorrectos.
Este tipo de situaciones, en las que se confunden las cifras y se estigmatizan a las instituciones, demuestran la vulnerabilidad del delicado equilibrio que debería mantener un mandatario a la hora de comunicar, especialmente en tiempos donde la información falsa puede generar consecuencias graves.
El presidente, al manejar números con los que pretende justificar su discurso, debería ser el primero en verificar la exactitud de los datos, más aún cuando se trata de un tema tan sensible como la educación pública.
El error matemático en este caso es más que una simple confusión; da la pauta de la fragilidad de los argumentos que se utilizan para atacar a instituciones esenciales de la República.