El fenómeno del llamado “streaming del CONICET” que mantuvo conectada a miles de personas , siguiendo en tiempo real la expedición Talud Continental IV a bordo del buque de investigación R/V Falkor (too), llegó a su fin. Las transmisiones en vivo que terminaron este domingo, fueron furor y mostraron el trabajo del robot submarino ROV SuBastian a casi 4.000 metros de profundidad frente a las costas de Mar del Plata.
Pero lo que muchos no saben es que esta historia no empezó en 2025. Hace más de una década, un grupo de científicos argentinos, con mucho menos presupuesto y sin cámaras en ultra HD, abrió el camino para que hoy esta misión fuera posible. Esto fue posible, gracias a que el CONICET financió las primeras expediciones focalizadas en el estudio y la exploración de la fauna de aguas profundas en el país.
Talud I, II y III: la “precuela” que marcó un hito en la ciencia argentina
Entre 2012 y 2013, el CONICET financió por primera vez en la historia nacional tres campañas dedicadas al estudio de la fauna de aguas profundas del Atlántico Sudoccidental. Bautizadas como Talud Continental I, II y III, se realizaron a bordo del buque Puerto Deseado, explorando el cañón submarino de Mar del Plata y alcanzando profundidades de hasta 3.500 metros.
En esas expediciones se recolectaron miles de ejemplares —desde corales de aguas frías hasta especies nunca antes registradas en el planeta— y se desarrollaron once líneas de investigación. De allí surgieron 62 publicaciones científicas, decenas de tesis y una red de especialistas que hoy integran el Grupo de Estudios del Mar Profundo de Argentina (GEMPA).
Los investigadores recuerdan que, antes de estas campañas, la mayor parte de los datos sobre aguas profundas provenían de misiones extranjeras, y que gran parte del material recolectado no quedaba en museos nacionales. Con Talud I, II y III, la ciencia argentina tomó control de su propio mar profundo.
El rol del Puerto Deseado y la construcción de soberanía científica
El buque oceanográfico ARA Puerto Deseado, construido en Argentina en los años 70, fue clave para esta etapa. Operado por la Armada Argentina y utilizado por el CONICET, funcionó como plataforma científica en campañas biológicas y antárticas, y permitió por primera vez un muestreo sistemático de la biodiversidad en aguas profundas nacionales.
Durante las campañas Talud, el Puerto Deseado enfrentó retos técnicos enormes: colocar redes a más de 3.000 metros, identificar si el fondo era duro o blando y procesar el material a bordo para que llegara en condiciones óptimas a los laboratorios. Esa experiencia fue el entrenamiento previo que permitió que hoy el Talud IV se realice con tecnología de punta y transmisión en vivo. Los científicos nucleados en el GEMPA postularon para poder continuar su investigación a bordo del Falkor, y esta experiencia previa fue lo que llevó a la fundación Schmidt Ocean a aceptar el proyecto.
Del pasado al presente: de la bitácora al streaming
Si las campañas de hace una década fueron una bitácora escrita a mano, hoy el público vivió la experiencia en tiempo real a través del canal del Schimidt Ocean en YouTube. La misión Talud IV no solo busca ampliar el conocimiento sobre corales, peces y especies bentónicas, sino también detectar impactos humanos como microplásticos y basura marina, analizar ADN ambiental y modelar en 3D especies para educación y conservación.
El domingo 10 de agosto fue la última inmersión de esta expedición, pero vale destacar que la historia no empezó el 22 de julio de 2025: comenzó hace más de diez años, cuando un grupo de científicos argentinos decidió explorar lo desconocido con los medios que tenía en un contexto socio político en el que la soberanía científica y tecnológica eran un objetivo claro para la Nación.
Quiénes componen el GEMPA
Si bien fueron solo 23 los científicos y científicas que llegaron a bordo del Falkor, siempre se encargaron de destacar que son más de 30 los investigadores que forman parte del Grupo de Estudios del Mar Profundo de Argentina (GEMPA). La mayoría pertenecen al CONICET, pero no es la única institución, de hecho la más popular a bordo del Falkor entre los seguidores del VIVO del Schmidt Ocean fue Nadia Cerino, apodada como “Nadia Coralina“, y ella pertenece a Prefectura Naval Argentina (PNA).
Museo Argentino de Ciencias Naturales (MACN, CONICET)
- Pablo E. Penchaszadeh. Investigador superior.
- Guido Pastorino. Investigador independiente.
- Daniel Lauretta. Investigador adjunto.
- Valeria Teso. Investigadora adjunta.
- Mariano I. Martinez. Investigador adjunto.
- Diego Urteaga. Investigador asistente.
Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC, CONICET)
- Ignacio Chiesa. Investigador asistente.
Prefectura Naval Argentina (PNA)
- Nadia Cerino
Instituto de Diversidad y Ecología Animal (IDEA, CONICET-UNC)
- Marcos Tatián. Investigador independiente.
- Tamara Maggioni.
Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (IIMYC, CONICET-UNMDP)
- Juan Martín Díaz de Astarloa. Investigador principal.
- Ezequiel Mabragaña. Investigador independiente.
- Emiliano Hernán Ocampo. Investigador adjunto.
- Nahuel Emiliano Farias. Investigador asistente.
Instituto de Biodiversidad y Biología Experimental y Aplicada (IBBEA, CONICET-UBA)
- Daniel Roccatagliata. Investigador independiente.
- Brenda L. Doti. Investigadora adjunta
- Adriana Menoret. Investigadora asistente.
Instituto de Biología de Organismos Marinos (IBIOMAR, CONICET)
- Martín I. Brogger. Investigador adjunto.
Facultad de Ciencias Naturales y Museo (FCNyM, UNLP-CONICET)
- Francisco Brusa. Investigador independiente.
- Cristina Damborenea. Investigador independiente