La discusión arrancó como suelen hacerlo estas cosas hoy en día: un tuit, una captura de documento antiguo y un intento de reivindicación personal. El canciller Pablo Quirno quiso destacar su pertenencia al linaje histórico, aclarando que su familia ya estaba presente en Buenos Aires antes de la Revolución de Mayo. Para eso, subió a las redes una imagen de un registro del Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810, donde aparece alguien de nombre y apellido Norberto Quirno, comerciante y vecino de la ciudad.
La respuesta no tardó: usuarios de X le hicieron notar que, según las mismas fuentes, aquel Norberto Quirno había votado a favor de la continuidad del virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros. Es decir, su postura fue contraria al proceso revolucionario que derivó en la Primera Junta el 25 de mayo.

La ironía fue inmediata: presumir “orígenes patrios” (o mejor enunciado “Patricio”) con un antepasado que defendió la permanencia del poder colonial español sonó, para muchos, como querer jugar a héroe usando un papel equivocado.
El voto que la historia dejó registrado
Los documentos históricos, digitalizados y conservados en hemerotecas y archivos oficiales, muestran a Norberto Quirno como parte del grupo de comerciantes que apoyó mantener la autoridad virreinal. La frase que aparece en algunas actas lo deja claro: “Que reproduce el voto del Sr. D. Manuel José de Reyes”, quien había planteado la continuidad de Cisneros, aunque eventualmente con adjuntos.
Esto no convierte a nadie en villano: en aquel tiempo muchos sectores comerciales apostaban a la estabilidad administrativa del Reino antes que a la incertidumbre de un cambio político profundo.
Sin embargo, cuando la discusión se da en redes sociales —donde la ironía es ley y el contexto rara vez entra en escena— la anécdota se convierte en munición rápida.
La lectura política que aparece después
A partir de ahí, algunos usuarios hicieron un salto interpretativo: si el antepasado defendía a la autoridad extranjera en 1810 y Quirno trabajó previamente en bancos internacionales como JP Morgan, entonces habría una “continuidad” ideológica a lo largo de dos siglos. Una lectura que sirve perfecto para la chicana política del momento.
Lo real es que juzgar a alguien por lo que hicieron sus antepasados es un sinsentido. Pero también es cierto que, si uno va a sacar chapa de linaje histórico, conviene al menos saber qué postura tuvo ese personaje en el momento más decisivo de la historia patria.


La discusión, como casi todo en tiempos de redes, no es realmente sobre el pasado. Es sobre el presente: sobre quién tiene legitimidad para reclamar identidad, nacionalidad, pertenencia y rol en la vida pública.
El Cabildo de 1810, así, se vuelve un meme de 2025.
La historia vuelve, siempre. A veces como pregunta seria. A veces, simplemente, como chicana. Y resuena aquella frase de Mariano Moreno que alguien también resaltó en Twitter: “Al final Moreno tiene razón, son 100 familias que se adueñaron de la Argentina”.

