En medio de la conmoción por las 97 muertes confirmadas hasta el momento a causa del lote 31202 de fentanilo contaminado, el periodista Jonatan Viale utilizó su programa radial en Rivadavia AM630 para vincular el caso con el kirchnerismo. “El kirchnerismo siempre tuvo un coqueteo permanente con la droga”, afirmó, luego de relatar una experiencia personal en Los Ángeles donde presenció el consumo de esta sustancia. Incluso recordó declaraciones del gobernador Axel Kicillof en las que habría dicho que “hay gente que se dedica a vender droga porque se quedó sin laburo”.
La comparación resulta al menos insólita: el expediente judicial que investiga la muerte de casi un centenar de personas señala a los laboratorios HLB Pharma y Ramallo como responsables de la elaboración y distribución del lote adulterado, mientras que la ANMAT —autoridad nacional de control sanitario— también aparece bajo el radar de la pesquisa. El propio organismo fue objeto de una fuerte desregulación durante la gestión de Javier Milei, lo que recortó instancias clave de control de alta complejidad sobre medicamentos y sustancias controladas.
En este contexto, especialistas en salud pública advierten que introducir acusaciones partidarias desvía la atención de los problemas estructurales que hicieron posible la tragedia: la falta de trazabilidad, la ausencia de un registro digital integrado y la debilidad de los mecanismos de fiscalización. El Hospital Italiano de La Plata, único centro que detectó y denunció el brote, ya había advertido sobre estas fallas mucho antes de que el caso tomara notoriedad nacional.
Mientras la Justicia avanza con 24 imputados y la investigación se concentra en la cadena de producción y distribución del opioide, la discusión pública parece oscilar entre la campaña electoral y la búsqueda de responsabilidades políticas ajenas a la evidencia judicial. Para las familias de las víctimas, el objetivo sigue siendo el mismo: que no haya impunidad y que se fortalezcan los controles para evitar que un hecho de esta magnitud vuelva a repetirse.