Mientras los funcionarios municipales salen a pedir que sean los padres quienes averigüen si los boliches están habilitados para fiestas y quiénes trabajan allí, se ‘lavan’ las manos de una responsabilidad que fundamentalmente le corresponde al Municipio.
Existe desde mediados de este año y a través de un proyecto generado por la concejal de la CC, Susana Sánchez, una Oficina de la Nocturnidad donde debería llevarse un registro de los trabajadores de seguridad que cumplen labores en los boliches de la ciudad así como también recepcionar las denuncias de este tipo de hechos y tomar medidas al respecto.
La Oficina según la información oficial funciona dentro de la Subsecretaría de Control Urbano y está conformada por cuatro representantes de la Cámara de Discotecas – Juan Carlos Nicoletti, Roberto Costa, Marcelo Cricco y Mario Pistilli -, tres miembros de la Cámara de bares- Omar Seoane, Federico Ortiz y Emiliano Cubisino-, un representante del SUTCAPRA – Miguel Angel Silva- un representante del INADI – Analía Severo- y dos miembros de Control Urbano: el subsecretario Ignacio Martínez y Natalia Cepeda.
Al parecer desde el organismo de contralor que conduce Martínez poco se ha tenido en cuenta las funciones de esta oficina y menos aún cumplir con la tarea para cual fue implementada. Mientras tanto, otro joven es víctima de la violencia y nadie parece hacer nada.
V.A