El PRO en la Legislatura porteña nunca deja de sorprender. Esta vez, el turno fue de Patricia Glize, diputada de ese espacio, alineada con Patricia Bullrich, que decidió presentar un proyecto para declarar “Personalidad Destacada en el ámbito de la Cultura” a Eduardo Kovalivker, un hombre de letras… y de números, ya que es dueño del 60% de la droguería Suizo Argentina.
Hasta ahí todo muy bonito, un reconocimiento a un poeta que, dicen, se alejó de la gestión empresarial hace rato. El problema es el timing: la iniciativa surge justo cuando la justicia investiga denuncias de coimas y corrupción vinculadas a la misma droguería, a partir de las declaraciones del ex titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS), Diego Spagnuolo.
Pero por lo visto en la ciudad de Buenos Aires, poesía y política siempre se cruzan. Y nada como un homenaje literario para despejar nubarrones judiciales.
Ciudadano ilustre, pero con expediente abierto
Kovalivker no está aún sentado en el banquillo, es cierto. Pero su nombre aparece inevitablemente atado al de Suizo Argentina, la empresa que hoy está bajo la lupa por presuntos pagos indebidos del estado nacional en medicamentos con sobreprecios. Y el hecho de que tenga la mayoría accionaria la convierte en una sombra difícil de despegar.
Lo curioso —o más bien falto de sentido común— es que la legisladora macrista haya elegido este preciso momento para levantarle un pedestal cultural. Es como si quisieran ponerle rima a la palabra “coima” y colgarla en una placa de bronce.
Mientras tanto, el oficialismo local se prepara para votar el reconocimiento, ignorando olímpicamente las coincidencias temporales. Porque, si de poesía se trata, nada más lírico que homenajear a un poeta empresario cuando su compañía protagoniza tapas de diarios por motivos menos artísticos.
Una poesía que rima con ironía
El proyecto de la bullrichista Glize ya circula por los pasillos de Perú 160. El texto reza: “Declárase Personalidad Destacada de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el ámbito de la Cultura, al poeta y escritor Eduardo Kovalivker”. Simple, directo y con olor a metáfora involuntaria.
Lo que no dice el papel es que, en paralelo, la palabra “Suizo” aparece en las investigaciones judiciales tanto como en las recetas médicas. Y que la droga, esta vez, no es la protagonista de un verso, sino de un expediente.
La política porteña, siempre tan oportuna, parece tener un talento especial para encontrar el instante menos indicado para sus homenajes. Si la poesía busca el momento perfecto para la palabra justa, el PRO encontró la rima equivocada en el verso más inoportuno.