Bajo un cielo plomizo y la persistente lluvia, las largas colas de empleados del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) se extendían esta mañana. Con la incertidumbre pesando sobre sus hombros, esperaban turno para recibir noticias que podrían cambiar sus vidas: la confirmación de sus despidos.
La escena, capturada en videos y fotos que circulan en la red social X, muestra la cruda realidad del ajuste presupuestario que ha sacudido al CONICET. La presencia policial y las condiciones climáticas adversas no hicieron más que acentuar la tensión y el desasosiego de los trabajadores que, día a día, contribuyen al avance científico del país.
En una jornada marcada por la ansiedad y la incertidumbre, los trabajadores del CONICET se congregaron en la sede de Buenos Aires para confirmar la continuidad de sus empleos. Este escenario es el resultado directo de las políticas de ajuste implementadas por el gobierno de Javier Milei, que llevan a un recorte presupuestario significativo en el sector científico.
El CONICET en su hora más trágica. Los trabajadores hacen fila bajo la lluvia para saber si le llegaron los despidos
DESPIDOS Y HUMILLACIÓN
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“Todos estos empleados quieren entrar a trabajar como todos los días. Pero hoy, antes de poder pasar, tienen que hacer una fila para que les digan si fueron despedidos o no“, narra un mensaje de “x” de la Revista Cítrica, acompañado de un video que documenta el momento.
El recorte del 60% en las becas de investigación y los despidos masivos no son solo cifras; son historias personales, carreras truncadas y un futuro incierto para la ciencia en Argentina. Mientras los trabajadores hacen fila, la comunidad científica y la sociedad argentina se preguntan cuál será el costo real de estas medidas.
EL CONICET EN SU HORA MAS TRÁGICA
La medida provoca una ola de preocupación entre los 1.600 empleados administrativos y técnicos, fundamentales para el funcionamiento de las Carreras de Investigador, que cuentan con 12.150 miembros; el Personal de Apoyo, con 3.050 miembros; y los 10.900 becarios doctorales y posdoctorales que se forman en el CONICET. Estos últimos, en particular, son considerados el futuro de la ciencia nacional y del desarrollo federal de Argentina.
El impacto de los despidos se ha sentido en varias provincias, incluyendo Buenos Aires y Corrientes, donde incluso se conoció que algunos edificios no cuentan con fondos suficientes para mantener sus operaciones básicas, como el pago de servicios de electricidad.
