El consumo de los hogares volvió a mostrar señales de debilidad hacia el final del año y encendió alertas sobre la solidez de la recuperación que había predominado durante buena parte de 2025. Los últimos registros disponibles confirman que noviembre marcó un punto de inflexión, con retrocesos tanto en la comparación interanual como en la medición mensual desestacionalizada, según el Indicador de Consumo (IC) de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC).
De acuerdo con ese relevamiento, el nivel de consumo cayó 2,8% frente a noviembre del año pasado y retrocedió 1,3% respecto de octubre en términos desestacionalizados. Este movimiento interrumpió una racha de mejoras mensuales que se había extendido durante los meses previos y reflejó un escenario más ajustado para los ingresos reales de los hogares.

Uno de los factores que ayudó a explicar este freno fue el comportamiento de los precios. Durante noviembre, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró una suba del 2,5%, el tercer mes consecutivo por encima del 2%, algo que no se observaba desde abril. En ese contexto, la inflación interanual alcanzó el 31,4%, mientras que la acumulada en lo que va del año llegó al 27,9%. Si bien desde la CAC señalaron que la dinámica inflacionaria se mantuvo dentro de un sendero de relativa estabilidad iniciado en 2024, la leve aceleración tuvo impacto sobre el poder adquisitivo.
En paralelo, el informe del Departamento de Economía de la entidad precisó que el ingreso nominal promedio por hogar se ubicó en $2.582.000 durante noviembre. Sin embargo, al ajustar esa cifra por inflación, se verificó una leve pérdida de capacidad de compra en relación con el mes anterior, lo que terminó condicionando las decisiones de gasto.
Ganadores y perdedores del consumo
El desempeño sectorial volvió a mostrar contrastes. Indumentaria y calzado fue el rubro con mejor desempeño, con una suba interanual del 16,8%, favorecida en gran medida por una base de comparación muy baja, ya que en noviembre de 2024 el sector había registrado una caída superior al 12% frente al año previo. También recreación y cultura mostró un avance del 5,2% interanual, consolidando una recuperación que se viene observando desde el segundo semestre.
En sentido contrario, transporte y vehículos anotó una baja del 2%, mientras que vivienda, alquileres y servicios públicos retrocedió 0,6%. El resto de las categorías relevadas presentó una contracción conjunta del 5,7%, lo que terminó de inclinar el balance general hacia terreno negativo. Aun así, la CAC destacó que el promedio de consumo de 2025 se ubicó 0,7% por encima del registrado en 2019, tomado como referencia prepandemia.
Al analizar el consumo por tipo de bienes, el segmento de consumo masivo permaneció prácticamente estancado, con una caída interanual del 0,1% y un descenso mensual desestacionalizado del 1,8%. Los bienes durables, en cambio, continuaron mostrando variaciones positivas en el acumulado de los últimos 18 meses, aunque con una desaceleración hacia el cierre del año. “Este comportamiento refleja una reconfiguración en la canasta de consumo de los hogares, con mayor peso de los bienes durables en detrimento de los masivos, una tendencia que empieza a estabilizarse”, señalaron desde la CAC.
La evolución del consumo también volvió a mostrar una fuerte correlación con la actividad económica. En octubre, último dato disponible del Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE), la economía creció 3,2% interanual y encadenó trece meses consecutivos de subas. Sin embargo, en términos desestacionalizados, el EMAE cayó 0,5%, cortando una racha de tres meses en alza, en línea con el retroceso mensual que luego se observó en el consumo de noviembre.
En el frente financiero, el crédito comenzó a exhibir señales de enfriamiento tras varios meses de recuperación. El uso de tarjetas de crédito y los préstamos personales tendieron al estancamiento, mientras que el crédito prendario e hipotecario perdió impulso. No obstante, el patentamiento de vehículos y las escrituras inmobiliarias continuaron mostrando variaciones interanuales positivas, lo que permitió sostener un desempeño general todavía favorable del financiamiento hacia el cierre de 2025, aunque con menor dinamismo que a comienzos del año.

