El Gobierno argentino mejoró la oferta con los acreedores y se potenció el optimismo en torno al canje de deuda en medio de la crisis sanitaria y económica, por lo que analistas estiman un deadline (fecha límite) prorrogado más allá del 2 de junio.
La extensión del plazo sería la tercera en esta etapa, ya que el primer límite fue fijado para el 8 de mayo pasado y se extendió luego hasta el 22; y antes de llegar las autoridades argentinas lograron extenderlo hasta el 2 de junio el plazo para para renegociar los US$ 66.300 millones de títulos de deuda emitidos bajo legislación extranjera.
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La nueva propuesta del Ministerio de Economía implica una reducción del período de gracia desde los 3 años ofrecidos inicialmente a 2 años y con una muy leve mejora en el pago de intereses. Es decir, la Argentina podría comenzar a desembolsar pagos a los acreedores privados a partir del 2022 y no en 2023 como estipulada la oferta presentada en abril a la Comisión de Valores de Estados Unidos.
De este modo, se podrá continuar el diálogo con los acreedores en busca de un acuerdo más allá del deadline fijado para la semana entrante.
“Nos hemos acercado pero aún hay un camino importante por recorrer”, afirmó el jueves por la noche el ministro de Economía, Martín Guzmán, a través de un comunicado de prensa, en referencia a las negociaciones durante esta prórroga de la operación, que vence el próximo martes 2 de junio.
Argentina y sus asesores “pretenden continuar con las discusiones con los inversores para promover una reestructuración de deuda que contribuya significativamente a estabilizar la situación económica actual, a mitigar las restricciones a mediano y largo plazo sobre la economía de Argentina creadas por su actual carga de deuda, y a orientar la trayectoria económica del país hacia el crecimiento de largo plazo”, señaló el Palacio de Hacienda.
Esa declaración fue lo que alimentó las especulaciones sobre una nueva prórroga para achicar aún más los márgenes y poder alcanzar un acuerdo.
Guzmán precisó también que de los tres grupos de inversores más fuertes del país, “el grupo de acreedores llamado Ad Hoc se movió en la dirección correcta con respecto a su oferta previa, pero el movimiento fue corto, insuficiente para las necesidades del país”, y que “al día de hoy son quienes tienen una posición más alejada de las restricciones que enfrenta nuestro país”.
Del resto, Guzmán prefirió no dar más detalles, debido a que aún se mantienen vigentes algunos acuerdos de confidencialidad rubricados con los distintos acreedores.
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