La situación de Venezuela tuvo un lugar destacado durante la gira que el presidente Alberto Fernández inició por Francia y que lo llevará a Indonesia, donde participará de la Cumbre del G-20.
A tal punto que fue parte de una reducida mesa que marcó la reanudación del diálogo entre el oficialismo y la oposición venezolana.
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Desde la comitiva argentina “se ponderó la vocación de diálogo, el poder volver a sentarse y que haya una mesa con países que lo fomenten y que de algún modo hacen su aporte como veedores”, aunque “ese diálogo tiene que ser entre venezolanos, nosotros hacemos de facilitadores”.
La reanudación del diálogo tuvo dos grandes ejes: uno “en lo económico-social”, en el que acordaron cómo se sale de los bloqueos, con una hoja de ruta para avanzar en identificar dónde se van a distribuir los recursos que hoy están embargados, y otro político que discute libertades, participación democrática, libertad de expresión, libertad para candidatearse, derechos en general.
El económico no es menor ya que actualmente sobre Venezuela pesan más de 700 sanciones vinculadas a violaciones a los derechos humanos la gran mayoría. “Sin embargo esas sanciones profundizan la crisis económica y humanitaria que asimismo genera los éxodos migratorios hacia Centroamérica con todo lo que genera: violaciones, tráfico de personas, trabajo infantil”, dijo una fuente cercana al presidente argentino.
Esa situación hizo que sólo en Colombia hubiera 2 millones de venezolanos exiliados.
En ese sentido indicaron que “la oposición venezolana empieza a ver que el acuerdo no puede ser sólo de dirigentes políticos para discutir un cronograma electoral porque eso no le resuelve las cosas a la gente. También entiende que debe haber un capítulo en el acuerdo que tiene que ser económico”.
Además de Argentina, Francia, Colombia y Noruega participaron de este acercamiento. En este sentido, Macron dio un gran impulso después de admitir haber tenido una postura cercana en su momento a la visión dominante como reconocer a Juan Guaidó y que ahora reconoce que el camino no es el adecuado y que hay que buscar otras alternativas.
Otra de las cuestiones que también se señalaron durante la reunión es que el negociador por parte de Nicolás Maduro estuvo de acuerdo que Venezuela vuelva al sistema interamericano de derechos humanos y un camino que conduzca a elecciones en 2024 con veedores internacionales, libertad de expresión, libertad de candidatos.
“Hay que tener en cuenta la dimensión económica. Tienen que ser ambas dimensiones no puede ser solamente la dimensión política sobre la económica ni al revés. Hoy se logró algo más armónico”, afirmaron.
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