Aníbal Fernández soltó una andanada de ironías para referirse a las denuncias del juez federal Claudio Bonadío, en torno al supuesto pago de coimas millonarias en contratos de obra pública durante la década K, y en especial para el testigo fundamental de la causa, el chofer Oscar Centeno.
En diálogo con La Patriada, aseguró que la denuncia de Bonadío es “una fantochada” y que se funda en “un instrumento privado que no tiene fecha y no se encuentran los originales para poder ser peritados” por lo cual, concluyó, lo que se busca es “el efecto mediático”.
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Tampoco se salvó Oscar Centeno, testigo y supuesto autor de las anotaciones: “resulta que ese señor habla como Monzón y escribe como García Márquez”, se burló.
Ni siquiera le dio valor documental a los cuadernos: “La realidad es que las tapas no concuerdan con lo que la propia empresa dice con los modelos de presentaciones de cada año que se ve que tienen por costumbre ir cambiándolo”.
El objetivo de la supuesta operación es, para Fernández, “manosear” a Cristina Kirchner: “ni siquiera detenerla porque saben que no lo van a lograr….Cristina tiene una espalda muy ancha para esto” y anticipó que el caso será como el del ex fiscal Alberto Nisman: “que encuentran un escrito tirado en el tacho de la basura. Esto tiene menos valor que un libro sin tapa y sin hojas”.
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