Luego de la caída de los vetos presidenciales en la cámara de diputados a la ley de financiamiento universitario y a la ley de emergencia pediátrica, Manuel Adorni dio su conferencia de prensa matutina. Lo que debía ser un informe sobre los números terminó siendo una enumeración de “soluciones” inverosímiles.
“Para poner los números concretos, el monto anual de la ley de financiamiento universitario es del diferencial de 1.9 billones de pesos”, explicó, dando inicio a un despliegue de comparaciones que parecían más un juego de humor absurdo que una propuesta seria.
Diputados sin sueldo: la primera propuesta
Adorni planteó como opción: “Deberíamos, por ejemplo, suspender el presupuesto total del Poder Legislativo por 4 meses. Hay que ver si los diputados y senadores están dispuestos a renunciar a su sueldo durante este tiempo”.
El vocero repitió esta imagen varias veces, como si trabajar gratis fuera la única vía para financiar leyes que el mismo gobierno no quería que se aplicaran.
Subir el IVA y afectar al bolsillo del ciudadano común
Otro ejemplo fue el impuesto al consumo: “Otra forma de financiarlo, por ejemplo, también es aumentar el impuesto al valor agregado del 21 al 24% por 45 días”.
Nunca mencionó gravar a quienes concentran mayor riqueza, ni bienes personales, ni actividades extractivas que podrían aportar grandes sumas con pocos actores. En cambio, apuntó siempre al ciudadano promedio.
Planes sociales y subsidios, blancos fáciles
Adorni continuó: “Equivale a suspender todos los planes sociales por 3 meses para poder financiar la ley o suspender todos los subsidios energéticos por 4 meses”.
Las alternativas que enumeró siempre golpean a la población más vulnerable, mientras los sectores con mayor capacidad de aporte quedan fuera de la discusión.
El Poder Judicial y el transporte también entrarían en juego
Incluso fue más allá: “También podemos suspender, si uno tuviese la posibilidad, el presupuesto total del Poder Judicial por 5 años o suspender el total de los subsidios al transporte por 1 año y 6 meses”.
La conferencia dejó claro un patrón: las incalificables y absurdas propuestas solo recaen sobre lo que afecta directamente a la sociedad general, sin tocar privilegios ni ingresos concentrados.
Planes sociales y subsidios, blancos fáciles
Adorni nunca mencionó la creación de impuestos a la riqueza ni revisiones sobre sectores que realmente podrían aportar mucho, como la minería o las grandes empresas.
Tampoco habló de la eliminación de beneficios fiscales que ya otorgó el Estado a grandes empresarios como Marcos Galperín, ni de salarios de miembros del poder ejecutivo, o de su propia granja de trolls pagos con dinero de los contribuyentes.
En cambio, centró su discurso en subas de IVA, recortes de planes sociales y dietas de diputados, configurando un menú de imposibles que deja a los más ricos intactos.
Desconexión con la realidad
Lo que podría haber sido una explicación técnica sobre la financiación de las leyes que el Congreso se apresta a dejar fija, se convirtió en un catálogo de escenarios irrealizables, con frases absurdas que buscan asustar al ciudadano común.
Mientras Diputados ya ratificó las leyes con más de dos tercios de los votos, Adorni eligió plantear un país donde educar a los universitarios y cuidar a los niños enfermos sería posible solo si los ciudadanos aceptaran pagar más, perder subsidios o vivir con recortes en los programas sociales.