El presidente de la Nación, Javier Milei, le puso la firma al Decreto 695/25 con el que hizo oficial la privatización de Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA). Se trata de la empresa estatal encargada de operar las tres centrales nucleares del país (Embalse, Atucha I y Atucha II) y que genera cerca del 9% de la electricidad que se consume en Argentina. Cómo va a ser la operación.
Según la norma que se publicó en el Boletín Oficial de este martes, la privatización de la compañia se va a hacer bajo la modalidad de venta de acciones. Para eso, el Poder Ejecutivo libertario instruyó a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y a ENARSA a que le transfieran parte del capital social que poseen (1% y 0.01%, respectivamente).
Acto seguido, la Agencia de Transformación de Empresas Públicas va a estar a cargo de poner en marcha la privatización. Según consta en la norma, deberá crear un programa de propiedad participada por el 5% de las acciones y vender el 44% de las acciones a través de una licitación pública nacional e internacional.
De esta manera, el Estado nacional va a conservar el 51% del paquete accionario de NA-SA lo que le permitiría mantener el control de la compañía. En rigor, se trata de una “privatización parcial” que apuntaría a “promover e incrementar la incorporación de inversores privados” mientras se asegura “la continuidad de las operaciones de la empresa de manera eficiente y competitiva”.
Cabe recordar que el anuncio de la venta de Nucleoeléctrica había puesto en pie de guerra a sindicatos, partidos políticos y organismos públicos vinculados al ámbito científico. De hecho, el 25 de septiembre los trabajadores de la CNEA hicieron una movilización en distintos puntos del país acompañados por otros sectores para rechazar la privatización y reclamar más inversión en el área.