La tranquilidad de un miércoles rutinario en el Aeroparque Jorge Newbery se vio abruptamente sacudida cuando un misterioso “objeto desatendido” apareció en la zona de preembarque de vuelos de cabotaje. En cuestión de segundos, el equipaje sin dueño se convirtió en el protagonista de una escena digna de las alertas más temidas en la aviación internacional.
Ante el hallazgo, la Policía de Seguridad Aeroportuaria activó sin titubear el protocolo de emergencia: evacuación inmediata del sector comprendido entre los mostradores 20 y 40, cierre del check-in y suspensión total del flujo de partidas y arribos. Un operativo que duró más de una hora y que transformó el aeropuerto en un terreno incierto, donde cada segundo parecía contar.
Sin techo durmiendo en Aeroparque: “¿Son de CABA o de Nación?”

Pasajeros confundidos y familias enteras arrastrando valijas fueron obligados a abandonar el área ante el temor de lo peor. “Nadie nos explicaba nada, se sentía que algo grave estaba pasando”, relató una mujer que debía volar a Córdoba y terminó llorando del susto en medio del tumulto.
Mientras tanto, efectivos del Grupo Especial de Control de Explosivos y Armas Especiales rodearon el bulto sospechoso, utilizando escáneres portátiles y perros antiexplosivos, listos para intervenir con sus temidos cañones de agua si la amenaza escalaba.
Tras tensos 60 minutos, llegó la esperada sentencia: falsa alarma. No había explosivos. El objeto, simplemente olvidado aunque el daño ya estaba hecho: vuelos demorados, cronogramas desbaratados y cientos de pasajeros rezongando por lo que describieron como “un caos total”.
Aunque las autoridades fueron tajantes: no hay margen para poner en riesgo vidas. Cualquier elemento fuera de lugar se presume un peligro en potencia hasta que se demuestre lo contrario.
No es la primera vez que Aeroparque enfrenta este tipo de sobresaltos. En febrero de 2023 un bolso olvidado en una cafetería desató otro operativo de seguridad. Y en septiembre de 2021, tres valijas abandonadas al mismo tiempo hicieron correr rumores de un ataque coordinado mientras el GEDEX trabajaba a contrarreloj.

