Cuando hace un mes, el 19 de enero, Infocielo se animaba a escribir contando la historia de las empresas, que bajó la falsa fachada de coaching ontológico, en realidad estaban llevando adelante el esquema Ponzi de ‘estafas piramidales‘, otros medios de comunicación de los llamados “mainstream” no se atrevían a publicar una sola línea que mencionara a “Zoe” como una de esas empresas fantasmas, que en realidad se esconden detrás de otros emprendimientos legales.
Las redes sociales, a través de un equipo de ‘trolls‘ de esa compañía, se encendieron en contra de aquella publicación, que por primera vez explicaba un sistema que en Argentina perjudicó a miles de inversores, con distintos nombres, en diferentes épocas, y bajo variados estilos de empresas, que lo único que hacen es esconder este sistema, basado en captar permanentemente nuevos inversionistas para pagarle a los primeros.
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Ahora que la estafa parece, por fin, haberse puesto en el candelero a través de la investigación judicial iniciada en la ciudad cordobesa de Villa María, todos los medios hacen ‘leña del árbol caído‘ y apuntan sobre la figura del líder de esa empresa, llamado Leonardo Cositorto, que hoy se encuentra en Colombia, y para la justicia Argentina está prófugo.
Sin embargo las razones por las cuales muchos de esos medios de comunicación no querían advertir sobre la clarísima estafa piramidal, no era por no tener chequeada la información, ni por trabajar con periodistas que no cumplen su tarea con profesionalismo, sino que la razón de ese llamativo silencio, era estar involucrados económicamente con la empresa de Leonardo Cositorto, Generación Zoe.
LA PRUEBA DE LA CONNIVENCIA
A través de una serie de videos colocados en un hilo de Twitter este viernes, se puede observar un compilado de los momentos en los cuales, tanto Cositorto, como alguno de sus colaboradores, explicaban de que se trataba esa empresa, a la cual le llamaban ‘educativa‘.
Estos espacios en radio, televisión, gráfica y portales de Internet, en algunos casos abiertamente llamados ‘publicitarios‘, y en otros mostrados sin especificarlo, haciéndose pasar por información verdadera, en realidad era dinero que iba de la estafa piramidal a los propios medios de comunicación, a manera de anunciante.
El Grupo Clarín, el Grupo América, Crónica, Radio Diez y varios de los ‘Grandes Medios” recibian pauta publicitaria de Leonardo Cositorto a través de la empresa Generación Zoe, hoy investigada por ser parte de un esquema de estafa piramidal
Ahora, un mes más tarde, y sabiendo que no volverán a tener las pautas de Zoe por estar sus responsables detenidos o perseguidos por la Justicia, esas grandes empresas periodísticas sacan a relucir toda su “ingeniería comunicacional” para mostrarse investigadores, preocupados, y hasta consternados por un sistema que, ya sabían, se trataba de una estafa piramidal, pero al cual colaboraban ‘mirando para otro lado‘, como “perro distraído”, cuando la publicidad ingresaba a sus arcas.
Nadie se va a asustar si se dice que “el periodismo es un negocio“.
El problema es cuando en los medios lo quieren hacer pasar por un ‘servicio público de información a la población‘.
Casos como éste, de Leonardo Cositorto, terminan exponiéndolos, al punto de aplicar la frase acuñada por el polémico Fernando Niembro: “Se nota mucho“.
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