El avance de la investigación judicial por el fentanilo contaminado de HLB Pharma sumó en los últimos días un informe clave del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema. El documento, elevado al juez federal de La Plata, Ernesto Kreplak, aporta precisiones técnicas que podrían influir en el futuro del expediente, que ya lleva contabilizadas más de 90 víctimas entre pacientes fallecidos y personas afectadas en distintas terapias intensivas del país.
La novedad llega cuando parece haber perdido fuerza un intento de politizar la causa, por iniciativa del Presidente Javier Milei y de legisladores de la oposición, que buscaron cuestionar la imparcialidad de Kreplak al atribuirle vínculos con el gobierno provincial. Ese frente se despejó por el fuerte respaldo a la actuación de magistrado por parte de sectores de la Justicia y también de familiares de víctimas del fentanilo contaminado.
La principal definición de los especialistas fue que en trece de los pacientes fallecidos se detectó un “nexo concausal” entre la administración de fentanilo contaminado y la muerte. En términos médicos, esto significa que el medicamento adulterado funcionó como un factor que agravó el cuadro clínico de personas que ya atravesaban enfermedades graves, pero que no puede considerarse la causa directa y única de su fallecimiento.
En cambio, no se encontró evidencia suficiente para establecer un “nexo causal directo” entre las muertes y el fármaco producido por HLB Pharma. Ese matiz es relevante, porque limita la posibilidad de que el laboratorio sea responsabilizado exclusivamente por los decesos, aunque no lo exime de responsabilidad en el agravamiento de los cuadros de los pacientes.
Las pruebas científicas
El informe se basó en 51 muestras analizadas por el Instituto Malbrán. Los estudios permitieron comprobar con certeza científica que las bacterias que se detectaron en los pacientes coincidían genéticamente con las halladas en el lote 31.202 de fentanilo elaborado por HLB Pharma. En otras palabras: no hay dudas de que los pacientes recibieron un medicamento contaminado.
Ese hallazgo resulta clave para la investigación penal, ya que vincula de manera inequívoca a las infecciones detectadas en distintas clínicas y hospitales con un lote específico producido por el laboratorio de Ariel García Furfaro. El mismo empresario había señalado en varias oportunidades que los pacientes fallecidos presentaban enfermedades de base muy graves y que la mortalidad en terapias intensivas es de por sí elevada. La pericia no contradice esa afirmación, pero al mismo tiempo reconoce que el fármaco adulterado actuó como factor de riesgo adicional.
Cómo sigue la causa
La resolución de Kreplak que acompañó la entrega del informe no se limitó a darlo por incorporado al expediente. El juez dispuso que el Cuerpo Médico Forense amplíe su análisis a veinte nuevas historias clínicas, con lo cual el universo de víctimas evaluadas asciende a 40. Entre ellas figuran pacientes de hospitales y clínicas de La Plata, Rosario, Entre Ríos, Santa Fe y la Ciudad de Buenos Aires.
Además, se fijó un nuevo punto pericial: los expertos deberán determinar no solo si existe un vínculo causal o concausal, sino también cómo se traduce ese nexo desde el punto de vista médico-legal y penal. En concreto, el tribunal busca precisar en qué medida la administración de fentanilo contaminado influyó en las lesiones y muertes, considerando no solo el plano físico, sino también el funcional y psíquico de los pacientes afectados.
Se ordenó también convocar a una nueva junta médica para continuar con la evaluación, lo que demuestra que la pericia está en pleno desarrollo y que todavía quedan instancias de análisis por delante.
El expediente no se centra únicamente en los informes médicos. En paralelo, la investigación incluye la evaluación del “batch record” de las partidas cuestionadas, un documento que debe reflejar las condiciones en que se fabricó cada lote. Según adelantó la ANMAT, el Instituto Nacional de Medicamentos ya había detectado más de veinte irregularidades en la elaboración de distintos lotes, entre ellos el 31.202, finalmente asociado a los contagios.
Ese dato es central porque apunta directamente a posibles incumplimientos de las Buenas Prácticas de Fabricación (BPF), un protocolo estricto que los laboratorios deben respetar para garantizar la calidad y seguridad de los productos medicinales. Si se comprueba que el lote salió al mercado en condiciones inadecuadas, el escenario judicial para los dueños de HLB Pharma podría complicarse, aun cuando no se logre acreditar un nexo causal directo con las muertes.

