Lo que debía ser una jornada de celebración y compañerismo para decenas de niños terminó en un escenario de violencia inaceptable. Durante un encuentro de fútbol infantil entre Deportivo Gimnasista de Berisso y Monasterio, disputado el pasado fin de semana en La Plata, un padre ingresó al campo de juego y golpeó al árbitro tras discutir una decisión del mismo.
El árbitro agredido, Rubén Álvarez, integrante de la Asociación Regional de Árbitros (ARA), debió suspender el partido de inmediato. La situación, presenciada por menores, familiares y entrenadores, causó estupor y angustia entre los presentes, además de un fuerte repudio en la comunidad deportiva.
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Según testigos, el atacante —padre de uno de los jugadores— perdió el control tras una jugada que no fue sancionada a su favor. No conforme con gritar desde la tribuna, decidió invadir la cancha, increpar a Álvarez y propinarle varios golpes que le causaron lesiones. Rápidamente fue apartado del lugar por otros adultos, aunque el daño ya estaba hecho.
La denuncia fue presentada este martes, y con ella se conocieron los detalles del hecho. El episodio encendió nuevamente la alarma sobre el rol de los adultos en el deporte infantil y la necesidad urgente de erradicar actitudes violentas que afectan no solo a los árbitros, sino también a los propios chicos, verdaderos protagonistas y principales víctimas de estas conductas.
Desde diferentes sectores del fútbol formativo se expresó un profundo rechazo al ataque y se pidió que se apliquen sanciones ejemplares. También se reavivó el debate sobre implementar mayores controles, capacitaciones y campañas de concientización para promover un entorno seguro y respetuoso en el deporte infantil.
FOTO: @palabrafinallp