El Movistar Arena empezó a llenarse desde temprano, con gente de todas las edades: fans fieles desde los años ’80 hasta quienes lo siguen más recientemente. La emoción latente se notaba en los coros que ya se escuchaban afuera, la gente entonando fragmentos de canciones, practicando los pasos, preparando voces. El hall y los accesos vibraban con las expectativas de 15 mil oyentes fieles
La puesta en escena prometía tener el foco centrado en la música y en Lionel, sin grandes excesos visuales, pero sí con una atmósfera cuidada: iluminación destacada, algunos efectos lumínicos móviles, pantallas laterales que amplificaban detalles para quienes estaban lejos. La acústica del Arena respondió bien, dejando oír con claridad los matices, los silencios, los susurros de Richie cuando bajaba el volumen.
Desarrollo del show: himnos, nostalgia y conexión
El show arrancó casi puntualmente con “Hello”, provocando de entrada un coro generalizado. Fue un inicio poderoso, que marcó el tono emotivo y nostálgico del resto de la noche en el el marco de la gira “Say Hello to the Hits”
Richie repasó clásicos uno tras otro: “Running With the Night”, “Easy” (de Commodores), “Penny Lover”. Cada tema llevaba su propia carga emocional, y los aplausos entre canción y canción crecían. En varios momentos la gente se puso de pie, parte por parte del público; algunos bailaban suavemente, otros simplemente cerraban los ojos para absorber la música.
La banda acompañó con rigor, respetando los arreglos clásicos de su época con los Commodores como “Sail On”, “Three Times a Lady” y también el medley de “Fancy Dancer / Sweet Love / Lady (You Bring Me Up)”, que levantó los ánimos más movidos. Hubo espacios para improvisaciones leves, para que Richie interactúe con el público, haga pausas, cuente alguna anécdota.
Momentos de romanticismo puro con canciones como “Endless Love” se intercalaron con declaraciones de cariño al público, con Richie agradeciendo calidez, energía, cómo se siente estar en Buenos Aires. La tensión emocional no decaía.
El sonido fue bastante limpio; la voz de Richie se escuchaba potente, sin perder claridad a pesar de los años del cantante (76 recién cumplidos). Guitarras suaves, los teclados que arropaban las canciones más lentas y los coros reforzaban la atmósfera. Todo perfectamente ensayado, pero también con momentos para la improvisación e interacción con el público.
Clímax y cierre
Ya en la recta final, canciones emblemáticas como “Say You, Say Me” y “We Are the World” tenían al público entregado, más participativo, algunos iluminados por la emoción. El encore inevitable fue “All Night Long (All Night)”, que cerró con júbilo, baile, risas, gente abrazándose. Fue el momento de máxima liberación después de tanta nostalgia: una celebración de la música, de los recuerdos, de la comunidad que se forma cuando suena un clásico.
Salir del Movistar Arena fue como despertarse de un viaje en el tiempo: nostalgia, alegría, gratitud. Muchos comentaban cómo una canción les había revuelto algo, otros conmovidos por recuerdos de otra época. Fue un recital que no sólo repasaba hits, sino que lograba reconstruir en el aquí y ahora la magia que esas canciones tienen desde hace décadas.
Fecha: Jueves 11 de septiembre de 2025
Lugar: Movistar Arena, Buenos Aires
Escuchá ésta y la mejor música en Suban el volumen, sábados de 19 a 21hs