Si la llegada de Carlos Bilardo al Sevilla sacudió a la ciudad el arribo de Diego Maradona demolió sus cimientos. Una de las duplas más significativas de la historia del fútbol mundial se juntaba en el Ramón Sánchez Pizjuán y desde ese día nada volvió a ser igual por aquellas tierras que no borran (ni borrarán) de sus retinas aquella reunión simil a las de viejas estrellas de rock.
En un anecdotario casi inacabable pese al corto estadio de ambos, la noche del “Pisalo” quedó tan grabada en los sevillistas que al día de hoy hay un peña que lleva como nombre dicha frase y que mantiene vivo el fuego del Narigón y Diego con la camiseta blanca. En aquella icónica noche Sevilla se media con Deportivo La Coruña y, tras un lateral, Diego quiso controlar el balón pero terminó golpeando a Alberto Albístegui en el rostro, por esa acción ambos terminaron en el suelo.
Esa fue la genésis de la historia. Domingo Pérez, fisioterapeuta sevillista, salió disparado para atender a Maradona pero al ver que nada pasaba con Diego decidió darle una mano al rival que había recibido el golpe y tenía sangre en el rostro. Eso sacó de eje a un Bilardo que vivía horas de demasiada tensión que se sumaban a su ya conocida obsesión por el juego.
El resto es historia conocida. Mientras las cámaras enfocaban el campo de juego se escuchaban los gritos del Narigón: “Domingo, Domingo. ¡A Diego! A Diego… ¡ay, en vez de agarrar a Diego agarra al otro!. Me quiero morir. Me quiero morir. Domingo, Domingo. Los de colorado son nuestros. Los de colorado son nuestros”. Lejos de terminarla ahí, llegó el show de Bilardo del que las cámaras hicieron un festín. Cuando el ayudante llegó al banco Bilardo lo abarajó en el aire: “¿Cómo vas a atender al otro? Qué carajo me importa. Pisalo. Pisalo. Al contrario, pisalo”.
¿Qué dijo Bilardo sobre el “Pisalo”?
Fiel a su estilo, en una entrevista cedida el diario Marca, Bilardo comentó a pura risa sus recuerdos de la situación y puso en jaque a sus entrevistadores: “ Me acuerdo bien. En el fútbol, como en el periodismo, no podés dar ventaja”. “Si un diario rival te quita una exclusiva, el director te llama a los cinco minutos y te dice ‘¿qué estás haciendo?’. Acá, lo mismo“.
Carlos Bilardo llegó a Sevilla para dirigir al equipo en la temporada 1992 – 1993. Venía de ser campeón y subcampeón del Mundo con Argentina y era considerado de los mejores del mundo. En aquel plantel que tenía al goleador croata Davor Suker y a un ascendente Diego Simeone, dirigió 50 partidos ganando 23, empatando 11 y perdiendo 16. Al tiempo agarró Boca, donde se reencontró con Diego que, ese año, erró cinco penales seguidos.
La historia dentro de la historia: El inolvidable “Pisalo” de Bilardo en Sevilla
“La famosa imagen de Bilardo diciendo, ·los de colorado son nuestros”, “Pisalo” se da en un partido contra Deportivo La Coruña y hace unos años, en un viaje hacia allá nos pusimos a conversar de aquello y salió de hacer una peña, de ponerle “Pisalo” y empezamos a trabajar en el escudo, en el logotipo eso estuvo un tiempo cuadrando y en 2019 y empezamos con las pancartas y las banderas y hoy somos cerca de 100 socios ”, le contó Manuel Ramos , presidente de la peña a este medio y además, agregó un dato no menor que envuelve una historia increíble.
La bronca que destilaba un Bilardo enajenado iba hacia un ayudante que aparece inmutable y ese hombre es el primo de Ramospor entonces era masajista del plantel: “Domingo Pérez es mi primo. Yo soy de una familia muy sevillista. Mi abuelo fue jugador, mis tíos fueron masajistas y el equipo es una parte de mi familia ”, explica Manu que recibe una inmumerable cantidad de mensajes desde Argentina desde el lanzamiento de la serie que se suman a los pedidos de afiliación a la peña, sobre todo por parte de los hinchas de Estudiantes que, al igual que los del sevilla, ya lucen la bandera en ambos estadios.



