A lo largo de las 18 fechas que se llevan jugadas de la Superliga, el Lobo no puede hilvanar dos victorias de forma seguida. Cada vez que ganó le siguió un empate o una derrota que le impidieron sumar 6 puntos en fila.
Ante Temperley estuvo cerca de conseguirlo, pero cuando corrían 43 minutos del reloj terminó cediendo y se volvió a quedar con las ganas. Más allá de que se está acostumbrado a no perder, sin dudas que es algo que todavía tiene en el debe.
Como se mencionó, esto ya es una tendencia y son varios los casos para ejemplificar. Su primera victoria fue en la 4ta fecha en Bahía Blanca por 1 a 0 ante Olimpo (la única como visitante) pero le siguió una derrota como local 3 a 1 frente a Lanús.
En la séptima goleó por 4 a 0 a Vélez en el Bosque pero luego viajó a San Martín y volvió a perder. En dicha oportunidad 2 a 0 con Chacarita. En la 9na jornada nuevo triunfo en el Bosque, fue 2 a 0 ante Patronato. Le siguió una nueva caída; en Córdoba 2 a 0 con Belgrano.
Nuevamente en 60 y 118 fue triunfo 2 a 1 frente a River. Al otro fin de semana, en la fecha 12 viajó a Avellaneda y cayó 3 a 1 ante Racing. Ya en el 2018, arrancó el año venciendo 2 a 1 a Rosario Central en el Bosque, pero fue a Sarandí y se trajo un 0 a 0 ante Arsenal.
En la jornada 17 del pasado lunes, venció a San Lorenzo 1 a 0 en La Plata, pero en una nueva salida no pudo ganar. Fue el empate de ayer 1 a 1 ante el Gasolero en el sur del Gran Buenos Aires.
Ahora primero deberá volver a ganar en el Bosque el viernes cuando reciba a Banfield desde las 19. Una vez que lo consiga, el desafío será sumar de a 3 en su viaje del sábado 17 de marzo a San Juan donde se medirá ante San Martín.
Por ahora el tema sigue en reproducción automática y no sabe cantarse otro. La idea es poder de una vez por todas, cambiar el repertorio pero por ahora sigue siempre con la misma cantaleta.



