Tal vez suene redundante, pero es sumamente curioso que un presidente viva lo que vivió Sebastián Verón en los últimos dos días. Desde el momento en que este medio informó que iría, como un hincha más por la sanción de AFA al estadio Madre de Ciudades, la Bruja empezó a vivir un sueño que no se sabe cuándo terminará.
Porque más allá de vivir el partido como un hincha más, gritando y saltando sin parar, le tocó dar la vuelta en uno de los terrenos más hostiles que puede haber, teniendo en cuenta la influencia que tiene Pablo Toviggino en la provincia de Santiago del Estero.
Pese a ello, Verón festejó. Terminó debajo de sus amigos cuando Racing erró el penal que consagró a Estudiantes y se abrazó con cuanto hincha se le acercó. Pero lo mejor estaba por venir.
La Copa, un salto al campo y un abrazo con el deté
Los jugadores se acercaron dónde estaba en la platea para ofrendarle la Copa. Fue un pasamano para que el presidente se sienta respaldado. Y después, el descontrol. Se metió en la cancha, celebró con los jugadores y abandonó la distante relación que lo une con Eduardo Domínguez para estrecharse en un fuerte abrazo en el campo de juego, cerca del área chica delante de toda la gente.
Mientras tanto, la gente se enloquecía con la imagen. “Ohhh no soy seca nuca, soy soldado de la Bruja…” gritaban sin parar. Tomando partido por el presidente en su enfrentamiento con la AFA.
“Fue una linda experiencia, algo distinto”, dijo el presidente hablando con este medio dentro del campo, al momento de ser consultado sobre la experiencia que le tocó vivir.

