Si tuviéramos que adjetivar el partido que Gimnasia jugará el domingo próximo ante Platense podríamos decir que es incómodo. Por la realidad deportiva del club (a pocos puntos del descenso por tabla anual y muy complicado para los promedios de la próxima temporada) e institucional (una CD que perdió crédito y un club convulsionado que tendrá elecciones a fin de año con, al menos, siete candidatos en carrera) y, principalmente, por el humor social que rodea al fútbol.
En medio de semejante panorama, el equipo tendrá este domingo una parada brava frente a Platense, que será una prueba de fuego más para los jugadores, que están cada vez más cuestionados, y para el entrenador, que se aferró el cargo a pesar de la nula aprobación de la CD.
La derrota ante Vélez dejó a Flores tecleando una vez más, como sucedió luego del empate ante Estudiantes y la derrota ante River. El entrenador parece no entender la realidad. El equipo está a dos puntos del descenso por tabla anual (San Martín descendería por la de promedios) y él pregona un futuro mejor, exponiendo sus planes de pretemporada y de refuerzos, que no serán demasiado diferentes a los que caracterizaron la gestión por una cuestión meramente económica.
El fantasma de Méndez sobrevuela el ciclo Flores

La CD mantuvo este martes una reunión para hacer una evaluación de daños. Tras la misma, decidieron que Flores siga en el cargo. Los motivos ya fueron debidamente resumidos en otras notas. Pero la particularidad es que el gobierno del club no puede garantizar lo que pasará con entrenador luego del partido ante Platense.
Sucede que nadie garantiza su continuidad y, mucho menos, que haga la pretemporada y tenga el mercado de pases que pidió en el vestuario de la cancha de Vélez. Luego de la experiencia Méndez (hizo el mercado, eligió jugadores y se fue a la segunda fecha), los dirigentes definen qué es lo mejor para el club.
Los caminos indican que Flores dirige ante Platense y el resto se verá, lo que desnuda una falta de resolución peligrosa pensando en el futuro cortoplacista. Está claro que la ausencia de Troglio (nuevo DT de Banfield) como alternativa alteró los planes de los dirigentes.
Nombres no sobran. De hecho, uno de los integrantes que intenta posicionarse como el candidato oficialista ante los medios tiene en mente a Facundo Oreja, con trabajo en Porto. A partir de semejante patriada, todo puede pasar. Lo que está claro es que el futuro de Gimnasia no se sabe cómo será luego del domingo. Por ahora es Flores, Platense, ¿y después?

