Clausura 1996. Primera fecha. Tiempos de transmisiones descontracturadas. Con cassette únicamente en las cámaras de tevé que grababan los partidos previo a ser editados para Fútbol de Primera. Prehistoria de esta Liga Profesional. Un Guillermo Barros Schelotto lookeado con la camiseta de Gimnasia acepta una entrevista de Diego Fuchs en el campo de juego del Monumental. En segundos, arrancará el partido ante River y el delantero accede a charlar ¡sobre un pase que está por cerrarse!
—¿Qué va a ser de tu vida?
—Por ahora soy jugador de Gimnasia. Voy a tratar de ganar y, a la noche, cuando se junten los dirigentes, ellos van a resolver.
—¿Valés cinco millones?
—No sé… cada uno paga lo que cree que vale un jugador. Ojalá que River piense así.
El video retro y una historia impensada
Impensado pero cierto: en agosto de 1996, el Guille, una de las figuras del Lobo, estuvo cerca de firmar en Núñez. Un pase que hubiera cambiado la historia de su relación con Boca, quizás… Según Omar Labruna, el delantero les fue ofrecido a quienes integraban el cuerpo técnico de Ramón Díaz. Y el riojano dio el OK. Sin embargo, algo pasó: las negociaciones no prosperaron y fue casualmente el eterno rival del CARP el que lo terminó contratando más tarde.
Sí: Guille terminó recalando en la Bombonera. Y transformándose con el tiempo en ídolo: 300 partidos jugados (210 como titular), 86 goles, dos expulsiones, 16 títulos… Números de una figura que además fue cuco en los superclásicos: marcó cinco goles en 18 encuentros antes de volver a enfrentarlo como entrenador. Y de perder en una de las finales más recordadas de la historia en Madrid.
Por qué no le hubiera ido bien en River, según Omar Labruna
¿Cómo le hubiera ido en River? Según Labruna, hijo del histórico Ángel, no le habría resultado tan fácil asimilar el cambio.
“Guillermo fue un gran jugador, pero en River le hubiera costado más. Él no era wing derecho pero jugaba por la raya y con Palermo hicieron buena dupla”, contaba hace un tiempo Omar.
“Nosotros teníamos un fútbol mucho más asociado. Nosotros jugamos con dos puntas siempre, y nosotros como somos River y no Boca, mandábamos por la banda a los laterales”, refrendaba su mirada.
Pero, créase o no, el Melli podría haber integrado ese plantel tricampeón de Ramón Díaz. Luego de romperla en aquel Gimnasia, en el que dejó una huella.