“Va a entrar por Luque. Haga lo que sabe, esté tranquilo y muévase por toda la cancha”, las palabras salieron de la boca de César Luis Menotti, el receptor de las mismas era un pibe de apenas 16 años y 4 meses, un tal Diego Maradona. De aquel día a hoy pasaron 42 años y una historia que quedó grabada a fuego para siempre: la de Diego con la Selección. Cuatro mundiales, una Copa del Mundo, un subcampeonato, 91 partidos y 34 goles.
La Bombonera repleta contaba los minutos para ver debutar al pibe que era la sensación del fútbol argentino ya que, a los dos minutos del complemento, ya ganaba 5-0. Con el tiempo Diego confesaría que le temblaban las piernas. A los 20 minutos, Menotti le aviso al chico nacido en Fiorito de 16 años, 3 meses y 27 días que comenzaría su camino con la mayor. En ese instante Pelusa se convirtió en el jugador más joven en la historia de la Selección argentina (un récord que todavía ostenta).
A segundos de ingresar, tocó su primera pelota. Gatti jugó corto para Gallego, el Tolo se la dio mansa y Diego dejó solo frente al arquero a René Houseman, que no pudo convertir. Un instante después, el húngaro Zombori descontó y estableció el 5-1 que sería definitivo. Antes del final del partido, Maradona tuvo su chance: ingresó en diagonal desde la derecha con la pelota dominada, quedó cara a cara con el arquero, definió de derecha y la pelota se fue por arriba del travesaño.
El pibe de los rulos comenzó su camino con una camiseta que hoy tiene un valor incalculable: la 19. Tiempo después de aquella alegría vendría el primer revés de Diego, el propio Menotti lo iba a dejar excluido del Mundial 78. Con el tiempo llegarían las mil y una anécdotas con la camiseta con la que generó un vínculo único.