El autor del gol de la derrota de Estudiantes, el que metió ese cabezazo que se clavó como un puñal, el que definió la jugada que desnudó los graves problemas defensivos que tiene el equipo de Eduardo Domínguez, fue un ex jugador del club de apellido famoso. Sí, Facundo Bruera, el hijo de Pablo, ex intendente de la ciudad, fue quien marcó el 2 a 1 para Barracas y lo festejó pidiendo disculpas.
El delantero de 26 años se formó en las infantiles y en las juveniles del Pincha y hasta firmó contrato como jugador profesional en el 2017, pero nunca llegó a debutar en el club. Lo hizo en Independiente Rivadavia, donde fue cedido a préstamo en primera ocasión.
Un año después, una vez finalizado su cesión en la Lepra mendocina, se desvinculó del Pincha al rescindir contrato y se incorporó a Quilmes. Ahí empezó una recorrida por distintos clubes, hasta que llegó a Paraguay, donde se destacó en Nacional y luego pasó a Olimpia. Desde ahí, llegó a San Lorenzo y ahora, a Barracas. Este jueves, fue titular y, a los 88 minutos, sobre el final, clavó la ley del ex.
Un gol que desnuda graves problemas defensivos
Más allá de la curiosidad por el gol de Bruera, su gol fue la imagen de la preocupación, y de las debilidades que tiene Estudiantes en el fondo. Y que no sólo son de este partido. Desde hace varios encuentros que no da garantías ni seguridad en el fondo y esto ahora inquieta aún más porque se viene la Copa Libertadores.
En el gol de Bruera, fallan todos: el principal error es el de Mansilla, que pierde la pelota a salir y genera una situación de peligro que él tenía fácil de abortar. Después, Núñez no llega a cortar en el centro, Manyoma no colabora, Piovi tampoco llega a cerrar y Bruera cabecea en el área chica, por detrás de Facundo Rodríguez y en las narices del arquero del Pincha, que otra vez no reacciona.
Sin dudas, un desconcierto alarmante, a pocos minutos del final, justo después de que el Pincha había empatado un partido (vía Tiago Palacios), que se le había hecho cuesta arriba por su floja actuación.
A esto se le suma lo que sucedió en el primer gol de Barracas, en el que más allá de la polémica si la pelota salió o no al lateral, Eric Meza se desentiende de esa situación, se queda parado y permite que Barracas termine la jugada que derivó en el 1 a 0.
Panorama inquietante
Con Boselli desgarrado, con Funes Mori fuera de ritmo (salió en el entretiempo porque estaba amonestado), con un Núñez que todavía no es el que se fue y con Facundo Rodríguez sin dar la talla desde que llegó al club, para Eduardo Domínguez se viene un desafío tan complicado: porque si el equipo no levanta la guardia, la Libertadores no lo va a perdonar. Una vez más…

