El reinicio del torneo puso en pie de guerra a la AFA y a la SAF, que entraron en conflicto de intereses en torno al cruce de la competencia con el Preolímpico Sub 23 en el que participará la Selección Argentina. Las rispideces ya venían desde 2019.
El inicio del 2020 estuvo marcado por la disputa entre las dos entidades de poder que existen hoy por hoy en el fútbol argentino, que son las que presiden Claudio Tapia y Mariano Elizondo, y son varios los que hablan de un doble comando. Al respecto se fueron estableciendo dos bandos.
Por un lado hay un grupo de clubes que apoyan el modelo que se instaló hace tres años, con el objetivo de incrementar los recursos y optimizar el marketing, pero por el otro se ubica un sector que pregona la idea de retornar al paraguas protector de calle Viamonte.
La clasificación de Tigre a la Copa Libertadores fue quizás el primer foco real de conflicto, ya que allí se produjo el primer gran desencuentro: Superliga decidió que el campeón de la Copa clasificaba independientemente de si había descendido o no, sin pasar antes por AFA.
Uno de los que se expresó a favor de regresar a si los objetivos de la SAF fallaban fue Nicolás Russo, presidente de Lanús, pero la mayoría de los clubes no exteriorizaron aún su postura. En el medio, está en juego el poder económico y político del fútbol argentino.
FASSI, CON SUPERLIGA
“ Creo que sería un retroceso enorme no darle lugar a la Superliga. ¿Por qué? Porque vemos que en los últimos treinta años el nivel de liga que hemos tenido ”, afirmó Andrés Fassi, presidente de Talleres, en diálogo con CIELOSPORTS en el inicio de la semana.
En este sentido ratificó: “Estamos veinte o treinta años retrasados a las grandes ligas del mundo, a los derechos de televisión, a la seriedad de las estructuras, en relación a la infraestructura, a las divisiones inferiores, al orden de los estadios ”.
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