A cinco años de la muerte de Diego Armando Maradona, Sebastián Méndez volvió a relatar uno de los momentos más dolorosos e inolvidables de su carrera deportiva. El Gallego, quien formó parte del cuerpo técnico de Gimnasia durante el ciclo del Diez, recordó cómo fueron esas horas en las que todo cambió para el plantel, para el club y para su propio camino profesional.
“Hicimos un minuto de silencio en la cancha que fue el peor de mi vida. De ahí fuimos al velatorio en Casa Rosada y ahí decidimos que no teníamos que continuar”, contó Méndez, visiblemente conmovido en una entrevista que entregó al programa “Habrá señales”. Para él, no se trataba de una cuestión contractual ni deportiva, sino de algo mucho más profundo: “A nosotros nos convocó Diego para el proyecto. Y sin Diego, ¿qué íbamos a hacer?”.
El ex defensor fue tajante con quienes durante años cuestionaron la salida del cuerpo técnico. “Hay mucha gente que decía ‘ustedes dejaron Gimnasia’. No, no dejamos Gimnasia. Si murió Diego… no seas tan imbécil. Eso es una estupidez. Eso sí es una gran estupidez y se la discuto a cualquiera”, lanzó, remarcando que la decisión fue ética y emocional: “Diego se murió. ¿Qué vas a hacer? ¿Qué carajo hacés al otro día?”.
Méndez recordó el impacto que la noticia generó puertas adentro. “Los chicos estaban destrozados. Ese vestuario estaba hecho bolsa”, señaló. Aunque el equipo tuvo que salir a jugar y hasta ganó en cancha de Vélez, para él el contraste fue doloroso: “El show tiene que continuar, pero el momento fue espantoso. Espantoso”.
También se tomó un instante para hablar del vínculo que lo unió al ídolo. “Yo lo quiero mucho a Diego. Ya lo quería antes y después de haber trabajado con él, lo adoro. Todo lo que yo pensaba de Diego es poco en comparación a lo que vi y entendí que era como ser humano”, expresó. Y cerró con una reflexión que atraviesa a buena parte del país: “Creo que es la persona que más juzgaron en Argentina. Y mirá que hay gente para juzgar de verdad”.
Una historia que, a un lustro de aquel 25 de noviembre, sigue latiendo fuerte en La Plata y en el corazón del fútbol argentino.

