Netflix estrenó hace poco la tercera temporada de “Un lugar para soñar” (Virgin River), una serie romántica que ha cautivado a miles de personas a lo largo del desarrollo de su historia. Y un dato interesante del detrás de escena es que la serie está basada en la exitosa serie de libros Virgin River de la autora Robyn Carr, que ya ha vendido nada menos que más de 13 millones de ejemplares.
Ante este nivel de popularidad, la autora recibió diversas propuestas de plataformas y productoras que pretendían versionar sus novelas para llevarlas a la pantalla. Finalmente, la misma Carr se decidió por Netflix, porque según explicó, sabía que Netflix tenía la frescura y el vanguardismo que se necesitaba para llevar su historia al audiovisual.
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Si todavía no la viste, te contamos sobre “Un lugar para soñar”: la serie sigue la historia de una enfermera (Alexandra Breckenridge), recientemente divorciada, que llega a un idílico pueblo del norte de California para descubrir que no todo es tan de ensueño. Allí hará todo lo posible para sentirse como en casa.
¿Quién es Robyn Carr?
Robyn Carr estudió Enfermería, pero tras casarse con un militar americano poco antes de la Guerra de Vietnam y quedar embarazada, decidió dejar de lado su carrera como enfermera. Durante esos años, Carr comenzó a escribir, tomándoselo como un mero entretenimiento, pero tras el éxito de sus primeras novelas, decidió comenzar a dedicarse a la literatura de manera profesional.
Desde entonces, Carr ha publicado casi cincuenta novelas, destacando por sus libros dedicados a la literatura romántica, con especial atención al romance histórico. A lo largo de su prolífica y dilatada carrera, Carr ha recibido premios como el RITA gracias a series como Virgin River.
Reseña del libro “Virgin River”
Se busca comadrona para trabajar en Virgin River, un pueblo de seiscientos habitantes. Un lugar diferente rodeado de bosques de secuoyas y ríos de aguas cristalinas. El puesto de trabajo incluye la vivienda gratuita. Cuando Melinda Monroe leyó aquel anuncio al año de haber enviudado, decidió inmediatamente que Virgin River era el lugar perfecto para superar su dolor y retomar el trabajo de comadrona que tanto le gustaba. Pero sus esperanzas se hicieron añicos en cuanto llegó allí: la cabaña estaba destrozada, las carreteras eran intransitables y el médico del pueblo no quería saber nada de ella. Comprendiendo que había cometido un terrible error, decidió marcharse a la mañana siguiente. Pero una recién nacida abandonada en la consulta del médico le hizo cambiar de planes… Y un ex marine contribuyó a consolidar ese cambio. Melinda Monroe había llegado a Virgin River buscando una forma de escapar, pero encontró un hogar.
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