El Centro de Predicción del Clima Espacial, (SWPC por sus siglas en inglés) anunció que este jueves 2 de septiembre, una tormenta geomagnética podría afectar la Tierra y producir consecuencias leves en algunas zonas del planeta.
Según describe el Laboratorio Argentino de Meteorología del Espacio, este fenómeno consiste en una perturbación significativa de la magnetósfera, que se genera por el intercambio de energía desde el viento solar al ambiente espacial terrestre.
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“En particular, la energía intercambiada durante estos eventos se disipa en el entorno de la Tierra, con consecuencias importantes sobre los cinturones de radiación, la ionósfera y el campo geomagnético”, explica.
Consecuencias de una tormenta geomagnética
De acuerdo al organismo, algunos de los impactos que puede producir este evento (conocido también como tormenta solar) son los siguientes:
Aviación/comunicaciones
Durante eventos solares, puede haber interrupciones en las comunicaciones de Alta frecuencia (HF) y errores en los sistemas de navegación satelital. En vuelos polares, la exposición a la radiación solar y partículas energéticas aumenta considerablemente.
Tecnologías satelitales
Las tecnologías satelitales se ven ampliamente afectadas por eventos solares. Los electrones energéticos pueden cargar la superficie del satélite, disminuyendo la vida útil de los materiales, y partículas ionizadas pueden generar fallas en los dispositivos de memoria (SEU, Single Event Upset). También se produce un aumento en el arrastre de los satélites, requiriendo la corrección de su órbita.
Redes de energía eléctrica
Durante una tormenta geomagnética, se inducen corrientes telúricas conocidas como GIC (en inglés, Geomagnetically Induced Currents). Estas corrientes pueden impactar en los tendidos de red eléctrica y en los transformadores, generando apagones. También se generan corrientes telúricas en gasoductos y oleoductos, acelerando el proceso de corrosión y disminuyendo su vida útil.
La gran tormenta geomagnética de 1859
Tal como explica la doctora en Físicas española Mar Gómez, la gran tormenta geomagnética del 28 de agosto al 3 de septiembre de 1859 es, posiblemente, el evento meteorológico espacial más grande y famoso de los últimos 200 años.
Bautizado con el nombre de Evento Carrington, provocó el colapso de las telecomunicaciones de aquel momento y “el cielo se iluminó en auroras rojas, verdes y púrpuras tan brillantes que la gente podía leer el periódico en medio de la noche sin luz adicional”.
Otras tormentas geomagnéticas de menor energía impactaron a la Tierra en 1921,1960 y 1989, aunque fueron de menor magnitud.
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