Lola, influencer e hija de Diego y Yanina Latorre, experimentó por primera vez el sabor de los pastelitos de membrillo, el dulce emblemático de la gastronomía criolla. El increíble suceso coincidió este martes con las celebraciones de la semana del 25 de mayo.
Sin embargo, su reacción fue inesperada y se convirtió en el centro de una polémica digital.
Los pastelitos de membrillo son más que un simple postre; son un símbolo de la cultura y la tradición de nuestra tierra. Se elaboran con una masa hojaldrada y un corazón de dulce de membrillo (o, pecaminosamente, algunos lo rellenan con dulce de batata), y suelen adornarse con azúcar espolvoreada o grana colorida. Además son especialmente populares durante las festividades patrias y en partícular, cuando se conmemora la Revolución de Mayo que abrió el camino hacia la independencia.
Lola, la hija de Yanina Latorre, probando pastelitos por primera vez en su vida
¿ES LOLA O CARO PARDÍACO?
La reacción de Lola al probar los pastelitos fue de desconcierto, como si nunca antes hubiera interactuado con este producto nacional. “Creo que no me va a gustar”, “¿Qué es lo que tiene adentro?”, ¿Qué es esto?”, fueron las frases que utilizó.
Su expresión facial y las preguntas previas al primer bocado revelaron una falta de familiaridad con un dulce que fue y sigue siendo parte del repertorio culinario argentino desde tiempos inmemoriales.
“Probalo como si fuera un ‘cramble'”, lanzó alguien para ayudarla a entender, asemejando al pastelito con un producto con el que sí ella está más familiarizada,
Esta actitud de sorpresa e incertidumbre desencadenó una ola de críticas en las redes sociales, donde fue acusada de desconocer una parte fundamental de la identidad nacional.
El incidente trascendió el mero hecho gastronómico y se convirtió en un debate sobre la identidad cultural y el “sentir cipayo”, un término utilizado para describir a aquellos que parecen favorecer influencias o gustos extranjeros por encima de los nacionales. En este contexto, Lola fue vista como una figura alienígena, ajena a las tradiciones que definen la argentinidad.
Las bromas y memes proliferaron en internet, retratando a Lola como si fuera parte de la realeza inglesa, o comparándola con el personaje de Julián Kartun, Caro Pardiaco, mientras probaba un manjar histórico con una mezcla de incredulidad, aprehensión y desconcierto.
HIJA’E TIGRESA YANINA LATORRE
Este episodio, si bien no deja de ser un simple acto de una joven criada de un modo diferente al estándar, fue interpretado como una desconexión con las raíces culturales y provocó una respuesta emocional colectiva.
Algunos opinaron que la reacción de Lola Latorre a los pastelitos de membrillo no fue solo una cuestión de paladar, sino un reflejo de las tensiones culturales en la era moderna, y muchos, además de sentir “cringe” o vergüenza ajena, hicieron hincapié en la necesidad de preservar y valorar las tradiciones que nos definen como nación.