Casi termina diciembre y la invasión de gorritos de Papá Noel en todas las apps está en su apogeo. La fiebre navideña no discrimina: desde el ícono de tu red social favorita hasta la app del banco que nunca usás, todo lleva el mismo mini sombrerito rojo con pomponcito blanco.
La moda es clara: si el logo no está decorado la pregunta es, ¿realmente es celebración? o si no lo ponen temen convertirse en “Grinch”.
El mensaje de una usuaria de nombre “Malala” en la red social “Bluesky”, donde ruega que no le pongan el gorrito navideño a todas las apps, captura el sentimiento de una resistencia silenciosa pero creciente: “No pueden ponerles gorritos de Papá Noel a todas las apps, alguna tenemos que poder distinguir a simple vista”. Porque, seamos sinceros, ya es difícil reconocer los íconos entre tantas actualizaciones de diseño y ahora encima todos están “disfrazados”.
¿Es el homebanking o el logo de una red social? ¿Es la app de delivery o el antivirus que nunca abro?
Una “tradición” que ya aburre
Lo que empezó como un guiño simpático a las fiestas, hoy se siente más como una obligación repetitiva.
Hay apps que ni se esfuerzan: solo recortan mal el gorrito en Paint y lo encajan torcido. ¿Realmente hace falta? ¿A quién le sirve? Si el objetivo es recordarnos que es Navidad, ya tenemos suficiente con las publicidades de pan dulce y las luces parpadeantes de la calle.
El problema es la saturación. Los gorritos están en todos lados y terminan siendo indistinguibles. Si sumamos que varias apps ya comparten paletas de colores y formas similares, el caos está asegurado.
La uniformidad del gorrito nos quita una habilidad que hasta hace poco dábamos por sentada: reconocer nuestras apps de un vistazo.
Navidad y la réplica infinita
El gorrito navideño también evidencia algo curioso: la creatividad estancada en el diseño tecnológico.
Algunas marcas apuestan por innovar (un reno, una estrella, ¡algo!), pero la mayoría simplemente sigue el rebaño.
El gorrito es el comodín fácil: no ofende, no arriesga y cumple con la expectativa de la “temporada festiva”. Pero, ¿qué transmite esto de la cultura digital? ¿Estamos condenados a una repetición infinita de clichés?
Tal vez sea hora de rebelarnos como usuarios y exigir logos sin gorrito. Pedir apps que rompan el molde y dejen descansar al pobre Papá Noel. Porque, aunque la Navidad sea una tradición global, nuestros íconos bien podrían tomarse un descanso de la moda verde, roja y blanca.
También podría buscarme un problema honesto.