En el corazón del municipio bonaerense de Merlo, los vecinos del barrio cercano a la Ruta 200 y Gaboto tomaron una postura ejemplificadira frente a lo que denominan una “desatención municipal”. Cansados de la inacción se organizaron para enfrentar un problema que afectaba su calidad de vida: la proliferación de mosquitos y el descuido de los espacios verdes.
“La situación era insostenible. No podíamos ni salir de nuestras casas que nos atacaban millones de mosquitos, y el pasto crecía sin control“, relata un vecino, reflejando la frustración colectiva.
Vecinos de Merlo se unen para enfrentar, trabajando, la situación de desidia ante la invasión de mosquitos y el contagio de dengue
DESIDIA MUNICIPAL
La municipalidad, responsable de mantener estos espacios, continúa ausente desde hace meses, dejando a los residentes sin otra opción que tomar cartas en el asunto.
La iniciativa surgió de manera espontánea. Un grupo de vecinos, armados con guantes, máquinas hogareñas, tijeras de podar y mucha voluntad, se dispusieron a limpiar y cortar el pasto, transformando un paisaje de abandono en uno de esperanza. “No se para qué pagamos impuestos si no hacen nada”, se lamenta otro merlense, cuestionando el uso de sus contribuciones si los servicios básicos no se prestan.
Este acto de autogestión no solo mejoró el entorno, sino que también fortaleció los lazos comunitarios. La acción colectiva demostró que, ante la desidia oficial, la solidaridad y el compromiso ciudadano pueden marcar la diferencia. Los vecinos, que antes apenas se saludaban, ahora comparten una misión común y el orgullo de haber mejorado su barrio con sus propias manos.
“Bueno acá estamos empezando con el corte de pasto, en el parquecito donde siempre entrenamos todos. Se prende el fueguito para los mosquitos, para repeler. Y bueno, empezamos el trabajito este“, se le escucha narrar ‘en off’ o una vecina.
VECINOS ANTI MOSQUITOS
Sin embargo, esta situación plantea interrogantes más profundos sobre el rol de las instituciones y la participación ciudadana. ¿Es justo que los vecinos deban suplir las responsabilidades de la municipalidad? ¿Qué medidas se pueden tomar para asegurar que los impuestos se traduzcan en servicios efectivos para la comunidad?
Mientras estas preguntas quedan en el aire, lo cierto es que los vecinos de Merlo están brindando un ejemplo de iniciativa y responsabilidad.
Su esfuerzo no solo alivia un problema inmediato, sino que también envia un mensaje claro a las autoridades: la comunidad merece y exige un entorno limpio y seguro.
La esperanza de los vecinos es que su acción inspire a otros y que, juntos, puedan generar un cambio positivo. Por ahora, demostraron que, incluso ante la desidia, la unión hace la fuerza.