El chocolate y el baño de repostería pueden parecer similares a primera vista, pero sus diferencias son significativas, tanto que el Código Alimentario Argentino (C.A.A.) los clasifica en capítulos distintos.
ALFAJOR: LA GOLOSINA DEL PUEBLO
La principal diferencia radica en la sustitución de la manteca de cacao por aceites o grasas hidrogenadas en el baño de repostería.
Los que utilizan chocolate “posta” pueden presentarse en tres variedades principales: semi amargo, con leche y blanco.
Sin embargo, mientras que los chocolates requieren un proceso de templado para su correcta cristalización y manejo, los baños de repostería no necesitan de este proceso, lo que los hace más fáciles de manipular.
El baño de repostería se utiliza frecuentemente como un sustituto económico del chocolate, lo que permite reducir costos en la producción de golosinas. Esta alternativa es común en la mayoría de ellas debido a su facilidad de uso y menor precio.
La imagen con las distintas marcas de alfajor y su diferenciación entre cuales llevan chocolate y cuales baño repostero, aportó datos a los usuarios de redes que muchos no conocían.
Es importante destacar que, aunque el baño de repostería puede ser una opción más accesible, el chocolate verdadero ofrece una experiencia sensorial diferente, con un sabor y aroma más intensos y una textura que se derrite suavemente en la boca, características que los amantes del buen chocolate no están dispuestos a negociar.
¿PRECIO O PREFERENCIA?
La semana del alfajor se vuelve la excusa ideal para ahondar sobre estas diferencias y a valorar la calidad de los ingredientes que componen una de las golosinas más queridas por estas tierras.
Ya sea por tradición o por innovación, cada alfajor tiene su encanto, y esta celebración es una oportunidad perfecta para degustar y apreciar la diversidad de sabores que se ofrecen en el país.
La elección entre chocolate y baño de repostería va más allá del precio; es una cuestión de gusto personal y de apreciación por la calidad.
EL CHOCOLATE NO SE NEGOCIA
La publicación se pregunta y aclara, tomando partido por la calidad: “¿Les gustaría que los alfajores y golosinas se ordenen en góndolas y kioscos de acuerdo al tipo de cobertura que tienen? ¡El Baño de Repostería no es chocolate!”.
Durante esta semana, los “alfajoreros” tienen la excusa perfecta para disfrutar de su favorito y participar en el dulce debate que acompaña a esta deliciosa tradición.


