Como si hubiera viajado en el tiempo, un joven de la localidad bonaerense de Florida, partido de Vicente López, camina por las calles de su barrio vestido como un aristócrata de finales del siglo XIX. Su nombre es Santiago Pellegrini y se hace llamar “El Dandy Millennial ”.
“Mi amor por lo antiguo nació a los 5 años, que para mí es una edad bisagra en la que toda persona decide cómo va a ser a futuro. Yo a los 5 dije ‘me gusta lo vintage”, cuenta en diálogo con INFOCIELO Pellegrini, que se crío jugando entre antigüedades en la casa de sus abuelos y escuchando jazz o ragtime, con las melodías pegadizas de Scott Joplin, “Me fui metiendo por el tema de la música, de la moda, de las películas clásicas como Los Tres Chiflados o las de Buster Keaton”.
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Fue a los 18 años cuando le regalaron un sombrero y un saco, y, a partir de ese momento, decidió empezar a cambiar su look. “Buscaba cualquier ocasión para usar el saco y el sombrero, o salía a caminar con el sombrero solo y después fui investigando las diferentes combinaciones. Compré un chaleco que combinara con el saco, después compré un pantalón, después una corbata , y así me fui metiendo en esto”, recuerda el joven floridense de 28 años.
Hoy cuenta con una importante variedad de prendas originales que datan de fines del siglo XIX y principios del siglo XX: trajes completos de tres piezas; zapatos; botas acordonadas; polainas; camisas con cuello duro; tiradores; sombreros tipo bombín, Panamá o galeras. Además, completan su look un reloj de bolsillo de 1920, un bastón de 1860 y lentes Quevedo -un tipo de gafas sin patillas que se ajustan directamente a la nariz- de 1870.
“Lo que tengo lo consigo en ferias americanas; por internet; a veces me regalan cosas los vecinos; también encuentro mucho tirado en la calle, lamentablemente, porque la gente tira las cosas sin saber el valor que tienen”, comenta el Dandy Millennial y asegura: “Todos los días estoy vestido así. Desde que me levanto hasta que me voy a dormir. No me incomoda”.
Tanto para viajar en colectivo, como para ir a comprar a un supermercado o para juntarse con amigos; el estilo de su vestuario no cambia e incluso, en una oportunidad, apareció en un boliche de Palermo vestido tal como lo hacían los jóvenes de la elite porteña de fines del siglo XIX y principios del XX al asistir a las reuniones de los círculos de la burguesía nacional.
“No tuve mejor idea que ir totalmente de gala, con frac, galera, monóculo y bastón”, detalla Pellegrini y cuenta: “Al principio notaba miradas como de incomodidad, pero yo soy totalmente desenvuelto, no tengo vergüenza absolutamente de nada; pero después alguno se me fue acercando, o me sacaban fotos de lejos y, al final, terminé hablando con todo el mundo, riéndome y pasándola bien”.
En Vicente López se convirtió en una celebridad y, cada vez que sale a recorrer con su bicicleta Dayton de 1940 y sus elegantes atuendos el Paseo de la Costa, entre otros lugares, los transeúntes lo frenan para pedirle una foto y para felicitarlo por su estilo.
“Acá no puedo esconderme en ningún lado sin que me reconozcan. El otro día abrí el Whatsapp y encontré dos mensajes de dos personas diferentes que me pasaron una storie de un instagrammer que me vio por la calle y me sacó una foto. También me reconoció una persona hace pocos días yendo en auto hasta Pilar y cuando abrí mi cuenta de Twitter encontré un mensaje que decía ‘che, ¿vos no estabas en Panamericana con un auto rojo?”.
De todas las veces que lo frenaron para charlar con él y darle su apoyo, hay una que recuerda con gracia por lo insólito de la situación: “Volvía a las tres de la mañana de una gala y, como hacía mucho frío, arriba del frac llevaba un sobretodo, capa, galera y bastón. En un momento veo a un tipo en la calle que venía zigzagueando con una botella de cerveza en la mano. Por dentro pensé ‘este me va a hacer algo, algo me va a decir’, ya me la veía venir. Cuando lo tengo a la distancia de un brazo, me pone la mano en el hombro y me dice ‘te voy a decir una cosa: borracho y drogado, sos lo más lindo que me pasó en la vida’. Me imagino que la gente asomada a la ventana en ese momento habrá dicho ´qué acabo de ver´ al mirar a un tipo decimonónico en la calle con un borracho a las tres de la mañana.”
Es sólo una cuestión de actitud
Según el Dandy Millennial, así como recibe la aprobación de decenas de vecinos en las calles de Vicente López y otros puntos de la Provincia y la Ciudad de Buenos Aires que visita, nunca faltan los comentarios con desprecio y las burlas: “Me gritan ‘ridículo’; me dicen que ‘Halloween ya pasó’, que me saque el disfraz; o cuando me vieron con la bicicleta antigua, me dijeron que me comprara una bicicleta nueva, que esa ya quedó anticuada y esas pavadas que dicen porque son gente tonta, gente que tiene mucha bronca, vaya a saber uno por qué, y la descargan contra alguien que tiene un poquito más de fama o que se hace ver por redes sociales”.
A pesar de los haters, Pellegrini ignora las críticas y cree que algo importante para poder vestirse de la forma que él lo hace es la personalidad: “Me crucé una vez con un chico que me dijo ‘me quiero empezar a vestir como vos’. Le di un sombrero y le dije ‘bueno, da una vuelta a la manzana’. El chico dio la vuelta y cuando lo veo llegar, venía con el sombrero en la mano. Le dije ‘¿Qué pasó?’ y me contestó que unos chicos le habían gritado. Le expliqué que es parte del combo eso, que no le tenía que importar. Se volvió a poner el sombrero, dio otra vuelta y volvió otra vez con el sombrero en la mano. ‘Los mismos chicos me gritaron de nuevo’, dijo y le respondí ‘dejate de joder, ponete el sombrero y volvé con el sombrero puesto’. La tercera vez que vino con el sombrero en la mano, me lo tiró al piso y me dijo ‘esto no es lo mío, no sé por qué me hacés pasar tanta vergüenza’. Bueno, si querés vestirte como yo, tenés que bancarte las risas”.
Al Dandy Millennial le apasiona el vestir de fines del siglo XIX, pero no le escapa al mundo de lo virtual y, desde que decidió volcarse a las redes sociales, sus contenidos causan furor tanto en Twitter, como en Instagram y también en TikTok, donde acumula más de 106 mil seguidores.
Santiago Pellegrini forma parte de la Sociedad Victoriana Augusta Argentina, una asociación sin fines de lucro, creada en el año 2009, que se dedica a la recreación y divulgación histórica de todos los aspectos de la sociedad civil en el período comprendido entre los años 1837 y 1901.
“Lo que hacemos es ir a eventos en museos, damos charlas, vamos a sesiones de charla o nos reunimos en algún parque para hacer un picnic, a donde llevamos vajillas antiguas además de los trajes”, señala Pellegrini y considera que “está bueno que existan grupos de este tipo, que enseñen cosas diferentes a la gente. La gente que se interesa se acerca, nos pregunta y les explicamos cómo eran todas las costumbres de la época, como el lenguaje que existía para usar el abanico, o cómo eran los saludos con los sombreros”.
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