Tras conocerse la matanza de cientos de pingüinos y la destrucción de más de 140 nidos poblados de pichones por parte del dueño de un campo lindero a la reserva de Punta Tombo, en Chubut, el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible nacional, Juan Cabandié, anunció que la cartera a su cargo presentará una denuncia penal.
“Este daño ambiental es irreparable”, sostuvo el funcionario, quien dispuso el envío de la Brigada de Control Ambiental (BCA) al lugar para fiscalizar las presuntas infracciones a la Ley n° 22421 de conservación de la fauna.
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“Estamos comprometidos con el bienestar animal y es por eso que vamos a buscar todas las herramientas normativas y de gestión para que estos hechos de maltrato se castiguen y no se vuelvan a repetir”, remarcó.
La reserva natural de Punta Tombo alberga a una de las mayores colonias continentales de pingüinos de Magallanes del planeta, abarca unas 210 hectáreas de estepa patagónica y está ubicada sobre la costa atlántica, en el departamento Florentino Ameghino y a 110 kilómetros de la capital provincial.
Masacre de pingüinos
Según denunciaron autoridades del Ministerio de Turismo de Chubut, el responsable del delito construyó un sendero clandestino desde su propiedad hacia la costa de la reserva “con una máquina de alto porte”, destruyendo por completo el hábitat de los animales a su paso.
Y no solo eso: también electrificó el camino, haciendo que muchos de los pingüinos adultos, hembras y machos, fallecieran electrocutados cuando regresaban del mar con comida para sus crías.
“Este camino, realizado con maquinaria de alto porte, generó que más de 140 nidos quedaran aplastados y los pichones (entre dos y tres por nido), ahogados por la misma tierra”, describió la fiscal Florencia Gómez, a cargo de la investigación, en diálogo con el medio local Diario Jornada.
Con previa autorización judicial, ayer se envió al lugar una comisión integrada por policía montada, de criminalística e investigaciones para realizar allanamientos, inspección ocular y secuestro. También participó personal del Ministerio, guardafaunas, biólogos y miembros de CINPAT.
“Los pichones se ven, los nidos se ven, y es una reserva, patrimonio que no se puede tocar y mucho más en esta época del año donde el pingüino de Magallanes viene a reproducirse”, remarcó Gómez acerca del espacio donde ocurrió el hecho.
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