Por estas horas se volvió mucho más famosa de lo que ya era en redes, una joven de aspecto “emo” o “dark“, apodada “Milky Dolly” o “La Besadora de cirujas“. ¿Qué une a este personaje bizarro con un tango que cantaba Gardel?
Todo es producto de una de las tantas fotos que se publicaron del autor del intento de magnicidio a la Vicepresidenta Cristina Kirchner, quien hace un tiempo también había querido ganar fama posando junto a la popular ‘besadora de cirujas’.
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Aprovechando esa situación, Milky Dolly se paseó por los estudios y móviles de televisión para publicitarse, y buscar más cirujas a quienes besar.
“En este país sólo puede aburrirse el que quiere“, “Estabamos todos y llegó la besadora de cirujas. Canten Bingo“, y otros comentarios de ese tenor abundaban en las redes tras la nueva popularidad mediática de Milky Dolly, que ya era una celebridad del mundo virtual, entre los usuarios más jóvenes.
Lo que quizás ni ella sepa es que una historia muy similar a la suya fue escrita en 1926 en un tango llamado justamente “El Ciruja”, al que le puso su voz el ‘zorzal criollo’ Carlos Gardel, luego Julio Sosa, Edmundo Rivero y varios famosos intérpretes más.
La historia que cuenta el tango es bastante difícil de interpretar para quienes no hacen uso frecuente de la jerga del léxico lunfardo, porque adrede fue escrita prácticamente en esa ‘lengua de las calles porteñas’ de hace más de 100 años.
EL ORIGEN DEL TÉRMINO ‘CIRUJA’
Milky Dolly se puso como objetivo para su cuenta de Tiktok el de besar vagabundos, ‘homeless’, linyeras o “cirujas”. Este último término proviene de un apócope de cirujano, por el modo “quirúrgico” que tenían en aquellos tiempos de “taitas y grelas”, de revisar, extirpar y separar de la basura lo que sirve de lo que no.
La letra del histórico tango parece retratar a alguna de las “presas” cirujas de Milky Dolly y a ella misma, cuando dice:
“Una mina le solfeaba todo el vento
(una mujer le sacaba toda la plata)
Y jugó con su pasión.
Era un mosaico diquero
Que yugaba de quemera,
(Era una muchacha presuntuosa
que trabajaba en la quema de basura) .
Hija de una curandera,
Mechera de profesión;
Pero vivía engrupida (*engañada)
De un cafiolo vidalita (el proxeneta)
Y le pasaba la guita
Que le shacaba al matón.
Frente a frente, dando muestras de coraje, los dos guapos se trenzaron en el bajo, Y el ciruja, que era listo para el tajo, al cafiolo le cobró caro su amor.
Hoy, ya libre’e la gayola (fuera de la cárcel) y sin la mina (la antecesora de Milky Dolly)
Campaneando un cacho’e sol en la vedera, (tomando un poco de sol)
Piensa un rato en el amor de su quemera
Y solloza en su dolor.
“El Ciruja l” es un tango cuya letra pertenece a Francisco Alfredo Marino en tanto que la música es de Ernesto de la Cruz.
Se estrenó en 1926 en el café ‘El Nacional’ de la ciudad de Buenos Aires. El protagonista es descripto como “hábil para el tajo“, esto es para el manejo del cuchillo, y de ahí deriva el apodo que da nombre al tango.
Marino le apostó a Ernesto de la Cruz que escribiría una letra que sería un muestrario completo de palabras arrabaleras, y ahí nació ‘El Ciruja’.
En cinco meses se vendieron 150.000 ejemplares de partituras, y el mismo año lo grabó Carlos Gardel.
Al año siguiente lo hicieron Rosita Quiroga, e Ignacio Corsini. Otras de las muchas grabaciones fueron de Alfredo de Ángelis con Julio Martel en 1949, la orquesta de Francini-Pontier con Julio Sosa en 1950, Edmundo Rivero con orquesta en 1958, y Mariano Mores con la voz de Néstor Fabián en 1963.
La vida puede seguir contándose a través de tangos.
Otra de las letras de un tango (Desencuentro) que parece representar con justeza detalles de los implicados en el atentado a Cristina Kirchner
La vigencia de ‘El Ciruja’ podría equipararse también a la del tango ‘Desencuentro‘, que parece describir la triste existencia de Sabag Montiel, cuando finaliza su verso diciendo:
“Por eso en tu total fracaso de vivir
Ni el tiro del final te va a salir…”.
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