El 17 de septiembre se celebra en Argentina el Día del Profesor, en homenaje a José Manuel Estrada, uno de los intelectuales más influyentes del siglo XIX. Escritor, orador y militante católico, Estrada dejó una huella profunda en la historia del país, especialmente por su enfrentamiento con Domingo Faustino Sarmiento y su férrea oposición a la Ley 1420 de educación laica.
Nacido en Buenos Aires en 1842, Estrada fue un escritor, periodista e historiador que se destacó desde muy joven. A los 16 años ya publicaba ensayos sobre historia y a los 24 comenzó a dar clases, lo que marcaría el inicio de una extensa trayectoria docente. Fue rector del Colegio Nacional de Buenos Aires, diputado provincial y profesor de Derecho Constitucional en la UBA, donde sus clases eran tan concurridas que los estudiantes lo seguían hasta su casa para escucharlo.
Además de su trabajo académico, Estrada fue un intelectual católico militante. Creía que democracia y cristianismo podían ir de la mano y fundó asociaciones y periódicos para difundir esas ideas.
Su enfrentamiento con Sarmiento y la Ley 1420
El legado de Estrada está atravesado por la gran polémica educativa del siglo XIX: la sanción de la Ley 1420 de educación común, gratuita y laica. Mientras Sarmiento y los sectores liberales impulsaban un modelo escolar separado de la Iglesia, Estrada defendía la enseñanza católica como base de la formación moral.
El debate fue tan intenso que terminó con su expulsión de la Universidad de Buenos Aires y del Colegio Nacional de Buenos Aires, medida tomada durante el gobierno de Julio A. Roca. Sin embargo, ese episodio también lo consagró como símbolo de coherencia y resistencia en la historia intelectual argentina.
Por qué se lo recuerda hoy
Estrada murió el 17 de septiembre de 1894 en Asunción, Paraguay, mientras ejercía funciones diplomáticas. Décadas después, la fecha de su fallecimiento se instituyó como Día del Profesor, en reconocimiento a su aporte a la enseñanza y al pensamiento nacional.
Más de un siglo después, su figura sigue generando debate: para algunos es un referente de la tradición católica en la educación; para otros, un símbolo de resistencia frente a la hegemonía liberal de su tiempo. Lo cierto es que su vida permite pensar cómo se fue construyendo la escuela argentina, en la tensión entre religión, Estado y sociedad.