Como todos los años, el tercer domingo de junio se celebra el Día del Padre en los hogares argentinos y de otras partes del mundo. Además de regalos caseros y alguna rica torta, qué mejor que obsequiarle a papá un lindo poema con el que expresarle todo el cariño. En Infocielo te daremos algunas ideas cortas.
Este 2024 este día caerá 16 de junio y coincidirá con el fin de semana largo por el Día de la Bandera y el fallecimiento de Martín Miguel de Güemes. Se trata de una ocasión especial para reunirse en familia, comer algo rico y realizar demostraciones de cariño.
Poemas cortos y lindos para dedicar en el Día del Padre
A la hora de buscar el regalo perfecto, hay personas que prefieren poemas para el Día del Padre que hagan llorar y emocionar. Por eso, en Infocielo te contamos algunas opciones realizadas por grandes escritores y escritoras que le podés escribir a papá a través de una tarjeta o mensaje.
“A mi padre”, de Pablo Neruda
A Dios doy gracias por ser mi padre.
Por tus reproches y consejos.
Por el bien que me enseñaste
y de mi ser siempre cuidaste.
Por ser padre bondadoso,
lleno de paz y sabiduría.
Porque amas la verdad.
Justicia y rectitud en demasía.
Por ser mi padre amado
y enseñarme la caridad.
Sentimientos nobles te cubren.
No conoces la maldad.
Caballero noble y parco,
me enseñaste a luchar.
Aspirando siempre a lo más alto
y a mis sueños no renunciar.
Por aborrecer todo lo malo.
Por tus celestiales valores.
Por guiarme de la mano
en senderos llenos de flores.
“Para padres y maestros” de la Madre Teresa de Calcuta
Enseñarás a volar,
pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar,
pero no soñarán tu sueño.
Enseñarás a vivir,
pero no vivirán tu vida.
Sin embargo,
en cada vuelo,
en cada vida,
en cada sueño,
perdurará siempre la huella
del camino enseñado.
“Mi padre, cuando yo tenía”, Ann Landers
4 años: Mi papá puede hacer de todo.
5 años: Mi papá sabe un montón.
6 años: Mi papá es más inteligente que el tuyo.
8 años: Mi papá no sabe exactamente todo.
10 años: En la época en que mi papá creció, las cosas seguramente eran distintas.
12 años: Oh, bueno, claro, mi padre no sabe nada de eso. Es demasiado mayor para recordar su infancia.
14 años: No le hagas caso a mi padre. ¡Es tan anticuado!
21 años: ¿Él? Por favor, está fuera de onda, sin recuperación posible.
25 años: Papá sabe un poco de eso, pero no puede ser de otra manera, puesto que ya tiene sus años.
30 años: No voy a hacer nada hasta no hablar con papá.
40 años: Me pregunto cómo habría manejado esto papá. Era inteligente y tenía un mundo de experiencia.
50 años: Daría cualquier cosa porque papá estuviera aquí para poder hablar esto con él.
Lástima que no valoré lo inteligente que era. Podría haber aprendido mucho de él.
“Mi padre”, Juan de Dios Peza
Mi padre tiene en su mirar sereno
reflejo fiel de su conciencia honrada;
¡Cuánto consejo cariñoso y bueno
sorprendo en el fulgor de su mirada!
La nobleza del alma es su nobleza,
la gloria del deber forma su gloria;
es pobre, pero encierra su pobreza
la página más grande de su historia.
Siendo el culto de mi alma su cariño,
la suerte quiso que al honrar su nombre,
fuera el amor que me inspiró de niño
la más sagrada inspiración del hombre.
Quisiera que el cielo que el canto que me inspira
siempre sus ojos con amor lo vean,
y de todos los versos de mi lira
estos dignos de su nombre sean.