En MasterChef Celebrity, el fuego no solo viene de las hornallas. A veces, el verdadero calor sale de las miradas, las frases con doble filo y esas pequeñas provocaciones que hacen del programa un espectáculo paralelo. Y si de eso se trata, Maxi López encontró la receta perfecta: una pizca de nostalgia, una cucharada de humor y un toque de “yo sé lo que hago”.
En la última emisión del reality este miércoles, el exdelantero de River Plate presentó un plato que desató carcajadas, memes y, claro, miradas de Wanda Nara que valen oro en rating. “La bondiola de Wanda”, anunció con sonrisa cómplice cuando el jurado le preguntó el nombre de su preparación. El título ya era una provocación deliciosa.
—“Porque en una época a ella le gustaba la bondiola, yo sé que ahora está más con la hamburguesa”, explicó, sirviendo el plato mientras todo el estudio contenía la risa.
El comentario fue una bomba condimentada con años de historia compartida, una relación mediática que sigue generando contenido hasta en los fuegos de Telefe. En cuestión de minutos, “La bondiola de Wanda” se convirtió en tendencia en redes sociales, con usuarios diseccionando cada palabra, cada mirada, cada silencio.
Entre la bondiola y la hamburguesa
El guiño no pasó desapercibido: López no solo jugó con la metáfora culinaria, sino también con una vieja interna conocida entre fanáticos y seguidores. La “bondiola” como símbolo de tiempos pasados, de gustos más sofisticados y, claro, de un amor que fue tapa de revistas.
El comentario no fue casual: Maxi apeló a la memoria colectiva del chimento argentino, reviviendo aquella polémica en la que se filtraron mensajes de Mauro Icardi refiriéndose a las partes íntimas de Wanda con una palabra que, desde entonces, quedó inmortalizada en la cultura pop digital: “bondiola”.
Lo de López fue un tiro con precisión quirúrgica: usó el mismo término, lo disfrazó de plato gourmet y lo sirvió con una sonrisa de “yo no fui”. Nadie necesitó más explicación; bastó con ver las caras del jurado y la de Wanda, que alternaba entre la risa nerviosa y la resignación de quien sabe que el show lo está ganando el ex.
La “hamburguesa”, en cambio, aludía a aquella traicionera siguiente etapa, a esa etapa más pop, más rápida, más… Mauro Icardi.
Maxi lo hizo con naturalidad, aunque todos sospechan que nada es tan improvisado. El tipo entiende el show, sabe qué botones tocar para generar el morbo justo y cómo hacerlo sin perder la simpatía.
En cada gesto se nota que no hay rencor, sino una picardía que mezcla ingenio, algo de ternura y revancha.
El jurado —Martitegui, Betular y Donato— apenas pudo disimular las risas. El plato fue calificado como “buffet internacional”, pero eso ya no importaba: el verdadero menú de la noche era la tensión entre los ex.
Wanda, que conoce el juego, intentó devolver el pase con estilo: “Está con una sueca modelo, divina. ¿No es así? ¿Siempre vas en busca de la perfección?”, lanzó frente a todos, como quien pica cebolla con cuchillo filoso.
—“Trato de mejorar”, respondió él, con sonrisa de delantero que sabe que metió el gol.
El plato fuerte del rating
Lo de Maxi López ya dejó de ser participación y pasó a ser el condimento que sostiene el programa. Telefe encontró en él a su mejor estratega en cámara: espontáneo, divertido, con el timing justo entre la ironía y los códigos.
Sus caras, sus silencios y, sobre todo, las reacciones de Wanda, son oro puro para el reality. Cada vez que él abre la boca, el estudio se paraliza y las redes se incendian. Y aunque nadie sabe si todo está guionado o no, lo cierto es que López le pone el picante que el show necesita.
“Yo la conozco a Wanda, me parece que está celosa”, remató él en su confesionario, cerrando con la frase que coronó el episodio más comentado de lo que va del ciclo.
Al final, entre bondiolas, hamburguesas y viejos amores, MasterChef Celebrity se convirtió en algo más que un certamen de cocina: una comedia romántica condimentada con revancha, humor y rating. Y mientras Maxi siga jugando ese juego con tanto sabor, nadie querrá cambiar de canal.